Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1131

"Cambiemos de mesa."

Dorian habló, sin querer recordar nada relacionado con aquel día.

Amelia, sin entender, lo miró confundida: "Aquí está muy bien, ¿por qué cambiar?"

"Sí, este lugar es el mejor del restaurante." La dueña también se unió a la conversación con una sonrisa, "Si hubiera sabido que vendrían, les habría reservado un salón privado."

Ella no reconocía a Amelia, pero vagamente recordaba que Dorian había traído a una chica antes. No es que intentara recordarlo, es que después de tener el restaurante por más de una década, Dorian era un cliente habitual que usualmente venía solo o acompañado de su asistente Yael, nunca había traído a una mujer a comer, por lo que cuando ocurrió con Amelia, le sorprendió mucho y por eso lo recordó tan claramente.

Pero esa fue la única vez que trajo a una mujer al restaurante, y después de eso no volvió por más de dos años.

Ahora, viéndolo llegar nuevamente con una mujer, la dueña se sorprendió igualmente, pero como habían pasado más de dos años, no podía recordar si la joven era la misma de la última vez. Queriendo charlar un poco con Dorian, dijo sonriendo: "¿Esta es tu novia? Es muy hermosa, hacen una bonita pareja."

"Gracias."

Dorian, sorprendentemente, no objetó y le agradeció.

La dueña se emocionó al instante y sonriendo le dijo a Amelia: "Tienes buen ojo, encontrar a un hombre tan bueno como el Sr. Ferrer."

Amelia también sonrió y agradeció: "Gracias."

Ya se habían sentado en la mesa.

Dorian también se sentó frente a ella y pidieron la comida.

Dorian casi deseaba que ella fuera como las chicas de al lado, ansiosas por discutir las últimas noticias o lo más interesante en las redes sociales, aunque ni él ni ella eran de esos que prestan atención a tales cosas.

Tomó su taza de té, la usó para enjuagar los cubiertos y le sirvió una taza a ella, luego le preguntó: "¿Qué es lo que te tiene tan absorta?"

"Solo estaba viendo el estilo decorativo del restaurante." Amelia respondió, tomando de manera natural el té que él le pasó, y luego lo miró, "El estilo de este lugar es bastante único y tiene mucho gusto. No es de extrañar que a la gente le guste venir aquí a sacar fotos."

"Sí." Dorian miró alrededor y luego agregó, "Parece que nunca te he visto tomarte una selfie."

Aunque Amelia ya no tenía los recuerdos de Amanda Sabín, parecía haber adoptado sus hábitos.

En su teléfono no había ni una sola selfie, y casi no tenía fotos de viajes o cotidianas, a lo sumo algunas fotos de trabajo tomadas por otras personas.