Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1267

—Nosotros...

Amelia estuvo a punto de preguntar "¿Nos conocemos?", pero al pensarlo dos veces, le pareció descortés. Solo pudo sonreír con incomodidad y buscar otra forma de indagar.

—¿Tú y Dorian...?

—¿Son amigos? ¿O compañeros de trabajo? —pensó, pero cualquier pregunta sonaba a que estaba husmeando.

Elvia interpretó mal la intención de Amelia y, sonriendo, explicó:

—Solo me he topado una vez con el señor Ferrer, él me ayudó en una ocasión, pero en realidad no nos conocemos tanto.

—Perdón, no estoy dudando de tu relación con él —se apresuró a decir Amelia—. Solo que...

Amelia sonrió con una mezcla de disculpa y nerviosismo.

—Hace tiempo sufrí un golpe en la cabeza y quedé algo confundida, puede que haya olvidado algunas cosas...

Intentó explicarse, buscando una razón que no ofendiera a nadie.

En el fondo, Amelia no recordaba haber conocido a Elvia. Sin embargo, la manera tan natural en la que Elvia se dirigía a ella le trajo a la mente a Sebastián y Ricardo.

Tanto la llamada de Sebastián como aquel primer encuentro con Ricardo en el aeropuerto, ambos actuaron como si ya la conocieran de tiempo atrás.

Que algo así ocurriera una vez podía ser casualidad, pero si pasaba una y otra vez, Amelia empezó a desconfiar de sus propios recuerdos.

Ella recordaba que, cuando cayó al río, su cabeza había chocado contra una viga sumergida. ¿Sería posible que aquel golpe la hiciera perder parte de su memoria?

Sin poder evitarlo, arrugó la frente, tratando de reconstruir lo que había pasado antes del accidente, pero antes de que pudiera pensar más, Elvia captó su preocupación y sonrió con amabilidad.

—No te preocupes, solo nos hemos visto una vez. Es normal que no lo recuerdes.

—No, en serio, el problema soy yo. Tal vez sí me lastimé la cabeza y por eso olvidé ciertas cosas —insistió Amelia.

Elvia la miró con algo de inquietud.

—¿Ya fuiste al médico? ¿Qué te dijeron?

—Luego iré a checarme —respondió Amelia.

Elvia asintió.

—Sí, deberías cuidarte.

Justo terminó de hablar y el celular de Elvia comenzó a sonar, como si algo urgente requiriera su atención.