Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1312

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—¿Nadie tiene que trabajar o qué?

Cuando Eva vio el nombre “Yael” en la pantalla, se le escapó el celular de las manos de la impresión. El corazón se le aceleró tanto que sintió que se le iba a salir del pecho. Rápido, lo tomó de nuevo y revisó bien, tocando el avatar de Yael para asegurarse. No lo podía creer, pero sí era Yael.

En la empresa había un montón de grupos, grandes y pequeños, la mayoría creados para cosas del trabajo. Por eso, casi siempre terminaba habiendo algún jefe como Yael colado en todos los chats.

Solo un par de grupos para salir a comer no tenían a Yael dentro, así que Eva juraba que el grupo donde estaban platicando era uno de esos pequeños y muy privados. Nunca pensó que fuera uno de los grupos pequeños, pero igual relacionados con el trabajo, donde había tanta gente en común. Eso la puso nerviosa de inmediato.

Los otros que estaban participando en la conversación también se pusieron nerviosos. Todos se quedaron mirando entre sí, sin saber bien qué decir o hacer.

Justo en ese momento, a Eva le entró una llamada de Yael.

El susto no se le bajaba, pero tampoco se atrevió a no contestar. Dejó que sonara un rato, mordiéndose los labios, y al final contestó con voz temblorosa.

—Perdón, Sr. Yael... Yo no sabía que usted estaba en el grupo...

Empezó a disculparse, pero entre más hablaba, peor lo hacía, todo le salía torcido.

Yael la interrumpió de inmediato con voz seria:

—¿Qué pasó con Raquel y el Sr. Ferrer?

Eva se quedó en blanco.

—¿Eh?

Yael no tenía paciencia para rodeos.

—Lo que estaban diciendo en el grupo, ¿qué fue lo que pasó?

—Ah, es que hoy vino la persona encargada de Valenzuela Transporte Marítimo a buscar al Sr. Ferrer para hablar de una posible colaboración...

Eva trató de calmarse y se apresuró a contarle a Yael todo lo que había pasado: cómo había entrado a la sala de reuniones y se encontró a Dorian viendo a Raquel como hipnotizado, cómo de pronto él cambió de humor y se fue, dejándole todo el proyecto a ella; cómo Adela fue a buscarlo al despacho, gritando que Dorian se había ido a una discoteca la noche anterior; cómo Raquel fue personalmente a disculparse con Dorian, y todos se sorprendieron por lo parecida que era a Amelia; cómo Dorian pidió de repente que cambiaran al responsable de la empresa y se fue sin decir más. Le contó cada detalle, sin guardar nada.

Yael frunció el ceño de inmediato.

Todavía estaba en Maristela, en casa de Frida Losada. Andaba ayudando a Frida a arreglar el jardín y ni había revisado el teléfono. Cuando por fin terminó y lo vio, el grupo de trabajo ya estaba vuelto un caos, todos chismeando sobre si Dorian se había conseguido a otra. Eso le dio mala espina, una sensación incómoda que le revolvió el estómago.

Antes, Yael habría pensado que solo eran chismes y ya.

Pero desde que Dorian se fue de Maristela, recordaba aquella noche que pasó en la azotea del hotel, como si estuviera tratando de arrancarse el pasado de encima poco a poco. Ahora, la idea de que Dorian se buscara a otra ya no le parecía tan imposible.