Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1337

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Dorian casi nunca había visto a Amelia tan distante.

Antes, lo más que llegaba a notar en ella era cortesía, una actitud algo lejana, pero jamás la había sentido así de alejada. Por eso, en el instante en que la vio reaccionar de esa manera, Dorian se quedó en silencio, sorprendido.

Él no dijo nada, y justo eso provocó que Amelia sintiera un poco de culpa, como si se hubiera excedido.

Aunque estaba muy enojada por la forma en que él podía buscar el amor libremente, mientras a ella le prohibía tener pareja o casarse, usando además la custodia de Serena como amenaza, al ver cómo la miraba en silencio, la culpa la mordió por dentro. Aun así, la incomodidad no le permitió actuar como antes: no agachó la cabeza para disculparse, pero tampoco fue capaz de enfrentar su mirada.

Sin decir una palabra, le devolvió el celular a Marta. Pero Serena ya había notado que era Dorian quien llamaba, así que de inmediato estiró la mano para tomar el teléfono.

—¿Es mi papá? —preguntó Serena, con esa vocecita dulce que mezclaba la confusión y la alegría.

—Sí, es tu papá —respondió Marta, tratando de suavizar el momento mientras le entregaba el celular a la niña.

Serena tomó el teléfono, y al ver a Dorian en la pantalla, saludó con entusiasmo:

—¡Papá!

Dorian también le sonrió, tratando de disimular su tensión:

—Serena, ¿por qué sigues despierta a esta hora?

—Hoy dormí un montón en la tarde —contestó Serena—. Además, mamá ha estado muy ocupada con el trabajo y no pude jugar con ella en la noche. Por eso la estoy esperando.

Dorian frunció el ceño apenas:

—¿Tu mamá está tan ocupada?

Amelia prefirió no quedarse a escuchar. Tal vez por todo lo que había pasado, entre el tema de que él tenía a alguien y su amenaza de quitarle la custodia de Serena si ella llegaba a enamorarse o casarse, sentía que ya no podía enfrentar a Dorian con la misma calma de antes. Así que le hizo una señal rápida a Serena, indicándole que bajaría, y luego le pidió a Marta que la cuidara. Sin mirar atrás, salió del cuarto.

Dorian alcanzó a escuchar el sonido de sus pasos alejándose; dudó un segundo, pero no la detuvo. Con Serena y Marta ahí, no era el momento de hablar con ella.

Después de despedirse de Amelia con la mano, Serena contestó la pregunta de Dorian:

—Sí, mamá está muy ocupada.

Pero enseguida se le iluminó el rostro:

—Aunque mamá me prometió que, cuando termine el trabajo, vamos a ir a muchos lugares a pasear. Me va a llevar a jugar hasta que entre al kinder. Luego ella regresará al trabajo.

Dorian volvió a fruncir el entrecejo:

—¿A muchos lugares? —repitió, y enseguida le preguntó a Marta—. Marta, ¿ya tienen planeado a dónde van a llevar a Serena?

—¿Eh? —Marta se quedó un poco confundida—. No, no hemos planeado ningún viaje.

Dorian fue directo con Serena:

—Serena, ¿tu mamá te dijo a dónde irán?

—Vamos a ir a ver el mar y hacer castillos de arena, luego a ver montañas y ríos, y también al desierto —dijo Serena, repitiendo lo que había entendido—. Mamá dice que podemos ir a muchos lugares, buscar una casa bonita para quedarnos, y si nos aburrimos, nos vamos a otro lugar a jugar hasta que yo entre al kinder.