Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 1387

Incluso hablar con él de estas cosas con tanta calma le resultaba un poco extraño.

En los últimos años, habían discutido, se habían enfrentado y habían hablado con tranquilidad sobre la falta de amor, pero nunca sobre el amor mismo.

Así que ahora, al verse forzada a enfrentar el tema de repente, y después de haber pasado de una ruptura total a un giro de ciento ochenta grados, le costaba un poco adaptarse.

Dorian no la presionó. Simplemente asintió.

—De acuerdo.

Se levantó para ir al baño.

En cuanto él entró, Amelia sintió que la presión disminuía y pudo respirar un poco.

Siempre que rechazaba a Dorian, su excusa era que estaba más acostumbrada a estar sola. No era una mentira, era la pura verdad.

Durante su matrimonio, se había preocupado tanto por él que siempre andaba con pies de plomo, con mucho cuidado. Y en los últimos dos años, lo había rechazado para evitar cualquier tipo de enredo.

Después de tanto tiempo viviendo en ese estado emocional, era difícil cambiar de la noche a la mañana.

Dorian, obviamente, se había dado cuenta de su incomodidad, así que no la forzó a aceptarlo todo de golpe. Apenas salió del baño, le dijo que iría a ver a Serena y salió de la habitación.

Amelia se arregló en el cuarto. Cuando salió, Serena y Marta no estaban.

—Marta se llevó a Serena al área de juegos del hotel. Todavía no quiere volver —explicó Dorian, como si adivinara su pregunta.

El servicio de habitaciones ya había traído la comida. Dorian le estaba sirviendo mientras le decía:

—Ven a comer primero. Cuando ellas regresen, pedimos que les traigan algo.

Amelia asintió y se acercó. Cuando se sentó frente a él, ya tenía delante un plato de sopa humeante.

Esto le recordó a la época en Zúrich, cuando acababa de quedarse embarazada de Serena y él fue a cuidarla. También era así de atento y considerado.

En aquel entonces, todavía no habían tenido ninguna discusión, no se habían dicho todas esas cosas hirientes, así que su convivencia era cortés y pacífica.

Ahora, esta era la primera vez que se sentaban a comer tranquilamente después de haberse dicho de todo. Aunque sabía que en medio había un período de amnesia del que ninguno de los dos era consciente, Amelia todavía se sentía un poco incómoda.

Dorian probablemente también se sentía así. Cuando le pasó la sopa, sus dedos rozaron los de él por accidente. Ella retiró la mano, avergonzada, y él se aclaró la garganta.

—Toma un poco de sopa primero.

—Sí —asintió Amelia, esta vez sin decir gracias.

Dorian también se sirvió un plato de sopa y se sentó frente a ella. Entonces la miró.

—¿Tienes algún plan para hoy?

Amelia negó con la cabeza.

—No.

Luego explicó:

—La idea era solo traer a Serena de viaje, pasar más tiempo con ella. Además, últimamente he estado muy cansada, así que no organicé nada. Solo pasear y ver cosas, sin prisa.