Con el hecho de que Amelia era la exesposa de Dorian, Lorenzo siempre había sentido cierta hostilidad y resistencia hacia ella por ocupar el lugar que, según él, le correspondía a Amanda como esposa de Dorian. Esta sensación se intensificaba con las constantes difamaciones de Cintia y Eduardo hacia Amelia. Todos estos factores contribuyeron a que Lorenzo tuviera una mala impresión de Amelia.
En las pocas ocasiones en que convivieron, Amelia tampoco se mostró muy accesible, y él no había tenido la oportunidad de conocerla bien. Así que, al encontrarse frente a Amelia, Lorenzo se sentía bastante confundido.
Manuel, por otro lado, no tenía tales complicaciones emocionales. Él solo pensaba en que su querida Amandita, a quien había buscado por más de veinte años, finalmente había regresado. Al recibir una confirmación de Lorenzo, se emocionó hasta las lágrimas.
"Qué alegría," dijo mirando el delicado perfil de Amelia, sin poder resistir compartir su felicidad con Lorenzo. "Mira qué dulce y tierna se ve, igual que cuando era pequeña."
Lorenzo también miró hacia Amelia dentro de la casa. Aunque sus recuerdos de Amanda eran algo borrosos, aún sentía esa conexión, asintiendo suavemente: "Sí."
"Tu abuela la reconoció de inmediato," suspiró Manuel, con los ojos nuevamente brillantes de lágrimas. "Qué pena que ninguno de nosotros le creyó."


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