Mi Frío Exmarido (Amelia y Dorian) romance Capítulo 954

"No todavía," Amelia respondía en voz baja mientras organizaba sus cosas, "Acabo de terminar una reunión, me estaba preparando para regresar."

"Entonces termina de ordenar, yo te espero abajo," dijo Dorian.

Amelia miró sorprendida hacia fuera de la ventana: "¿Estás abajo de nuestro edificio?"

"Uh-huh," contestó Dorian suavemente, "Acabo de llegar."

"Entonces espera un momento, ya bajo," dijo Amelia antes de colgar el teléfono y rápidamente recoger sus cosas.

La mayoría de las personas en la oficina todavía no se habían ido, excepto Juana, quien había salido enojada.

Amelia realmente quería hablar con Juana, pedirle disculpas sinceramente.

No esperaba que las cosas se salieran de control, aunque no creía que todo fuera su culpa.

El trabajo fue asignado por Martina, y ella solo estaba a cargo de seguir esas instrucciones.

El único error que cometió fue abrir ese archivo de mapa, lo que permitió que Martina la atrapara in fraganti, pero no debería haber sido un gran problema. La manera en que Martina manejó la situación y cómo Sebastián se involucró después, de cualquier manera, Amelia sentía que debía disculparse con Juana y aclarar las cosas.

No era indispensable para ella tomar este proyecto, y tampoco era imprescindible permanecer en el Estudio de Arquitectura de Sebastián.

La experiencia de su primer día de trabajo, francamente, no había sido muy cómoda, y por eso, tan pronto como terminó de empacar sus cosas, Amelia se fue sin prestar atención a las miradas sorprendidas de los demás.

Dorian ya la estaba esperando abajo, en el mismo lugar que al mediodía. Estaba sentado en su coche, hablando por teléfono.

Amelia pudo ver su perfil serio y enfocado a través de la ventana bajada del coche, sabiendo que estaba ocupado con trabajo, así que no lo llamó.

Justo en ese momento, Dorian giró su cabeza, la vio salir del edificio, le hizo señas con la mano y luego dijo al teléfono: "Discútanlo internamente y denme el resultado mañana."

Ella era un talento en diseño, dedicando toda su energía y pasión a ello, por lo tanto, le resultaba difícil invertir tiempo y esfuerzo en manejar las relaciones interpersonales.

Fue Rufino quien la trajo de Zúrich, después de dos años de ajustes, la atmósfera de trabajo en la compañía era buena. En el Estudio de Arquitectura Esencia-Rufino, no necesitaba preocuparse por las intrigas laborales y podía concentrarse completamente en el diseño, por eso, en aquel entonces, su dedicación al trabajo era incansable.

Amelia no sabía lo que Dorian estaba pensando, suspiró profundamente, y después de pensarlo, miró a Dorian: "Probablemente tenga que hacer un viaje de trabajo a Maristela."

Dorian, que estaba abrochándose el cinturón de seguridad, se detuvo y la miró: "¿Cómo es que tienes que viajar justo después de empezar a trabajar?"

"Sin querer, me quedé con un encargo que era de una colega." Amelia dijo mientras se mordía los labios, pensándolo bien, decidió contarle brevemente a Dorian lo sucedido, "El cliente es bastante complicado, solo queda volar allá para hablar en persona. Pero primero quiero hablarlo con Juana, si ella todavía quiere encargarse del proyecto, intentaré negociarlo con el jefe."

"Si es una papa caliente, ¿por qué querría seguir encargándose?" Dorian levantó la mano para tocarle la cabeza, "No tienes por qué sentirte culpable, algunos sentimientos quizás solo son para que los vea el jefe."

Amelia lo miró sorprendida: "¿En serio?"