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Mi Hijo, el Secreto Mejor Guardado romance Capítulo 1

Cuando Macarena Tirado llegó apurada al aeropuerto, el vuelo proveniente de Estados Unidos acababa de aterrizar.

Ese día marcaba el regreso de Fabián Barragán al país.

Si se ponía a pensarlo, llevaba ya diez años de conocer a Fabián.

Tres años compartiendo la universidad y siete años desde que se graduaron.

Si aquella noche, después de la ceremonia de graduación, no hubieran bebido algo adulterado por error y terminado juntos en la cama, Fabián jamás la habría tomado como esposa.

Para él, ella no era más que una compañera de clase, tan común y corriente como cualquier otra.

Pero Fabián era el heredero de la familia Barragán, una de las más importantes de Ciudad Aurora Borealla. Nació con todas las ventajas; era el orgullo de su familia.

Entre ellos había un abismo imposible de ignorar.

Quizá creyó que Macarena solo quería escalar socialmente y convertirse en “la gran señora Barragán”. Por eso, al día siguiente de la boda, Fabián, molesto y frustrado, tomó un avión directo a Estados Unidos.

Y así, pasaron siete años.

Aun así, no importaba. Ahora que él regresaba, si lograba explicarle que ella no había puesto nada raro en aquella bebida, tal vez aún podrían salvar su matrimonio.

Macarena observó la puerta de llegadas internacionales.

Uno tras otro, los pasajeros iban saliendo. El flujo de gente se fue disipando, y por más que buscaba, no veía a quien tanto deseaba encontrar.

¿Habría cambiado de vuelo?

El timbre de su celular la sacó de sus pensamientos.

Era Cristian quien llamaba:

—Mami, estoy en el mercado. ¿Qué quieres cenar hoy?

Macarena pensó un momento y mencionó sus platillos favoritos:

—Camarones con huevo, carne con papas y, si puedes, haz cualquier sopita.

—Sale, mami.

—Te quiero mucho.

Colgó y guardó el celular en su bolso.

Ella y Fabián tenían un hijo.

Siete años atrás, después de aquella noche desordenada y caótica, Macarena se enteró de que estaba embarazada.

Para entonces, Fabián ya se había marchado del país. Macarena intentó llamarlo muchas veces, pero solo recibía el mensaje de que él estaba ocupado.

Una mujer alta y estilizada se acercó por detrás, vestía un abrigo negro que hacía juego con el traje de Fabián. Caminaron juntos, sincronizados.

Esa mujer le resultaba conocida.

Alfonsina Burgos.

La amiga de la infancia de Fabián, también graduada con honores de la Universidad Neón Polar.

Todos decían que Alfonsina era la única con posibilidades reales de casarse con Fabián. Nadie se hubiera imaginado que, al final, ella se le adelantaría a Alfonsina.

Seguro la maleta morada era de Alfonsina.

¿Será que en esos siete años en Estados Unidos, siempre estuvieron juntos?

Macarena inhaló profundamente.

No debía dejarse llevar por ideas locas.

Después de todo, una amistad de más de veinte años no se termina de la noche a la mañana. Además, Fabián aún tenía esa espina clavada con ella, así que debía aprovechar la oportunidad para aclarar todo.

Forzando una sonrisa, Macarena se armó de valor, caminó hacia ellos y saludó:

—Fabián.

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