«¿En verdad ella atrapó a ese hombre tan sexy antes que yo? ¡No puedo dejar que eso suceda! ¡Anastasia no puede quitarme a ese hombre!».
—Mamá, ese es el hombre del que te hablé, hay que preguntarle a papá quién es —dijo Érica, al tiempo que señalaba a Elías.
Noemí levantó la mirada y miró en la dirección señalada, podía ver la figura de un hombre joven, parecía ser alto y decente, pero solo era su espalda lo que podía ver, sin embargo, se podría decir que tenía buen aspecto. Entonces, Noemí caminó en dirección a su marido y preguntó:
—Franco, ¿quién es ese invitado? —Señaló en dirección a Elías.
A lo que el hombre rio por lo bajo.
—Él es el joven de la familia Palomares, el invitado más importante de esta noche.
—¿Es el joven de la familia Palomares? ¿Cuál familia Palomares? —preguntó la mujer un tanto confundida, dado que no estaba familiarizada con la gente del mundo de los negocios.
—¿De cuál otra podría estar hablando? Sus oficinas están en el edificio más grande de toda la ciudad, además, están ubicados en el centro. ¿No lo has visto cuando vas de compras? —Franco trató de explicar la identidad del joven de la manera más sencilla posible.
En ese instante, Noemí y Érica se miraron mutuamente, porque rápidamente entendieron de quién se trataba; después de todo, ese edificio era un punto de referencia para todos, la estructura más emblemática de toda la ciudad.
—¡Oh, Dios! ¿Es el presidente del Corporativo Palomares? ¡Tiene mucho dinero!
—¡Su fortuna es casi la misma que la de un país! Su empresa está dentro del mercado internacional —dijo Franco emocionado.
—¡Mamá, tengo que conocerlo! ¡Tengo que conocer al joven Palomares! —Érica estaba tan emocionada que casi se vuelve loca, pues ni en un millón de años creyó que conocería a alguien tan importante en la celebración de su padre.
Justo en ese instante, Noemí entrecerró los ojos con molestia.
—¿Anastasia está con él? ¿Por qué?
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