¿Mi hijo es tuyo? romance Capítulo 6

En este momento, Érica, quien estaba en el spa del club, contactó de inmediato a Helen luego de colgar la llamada de su mamá. En aquel entonces, ambas se aliaron para hacer que Anastasia perdiera la virginidad y, así, la sacaron de la casa. Ahora, ella y Helen se habían vuelto mejores amigas; sin embargo, en las últimas dos semanas, Helen perdió contacto con ella y su negocio había cerrado. Por lo tanto, Érica no sabía lo que hacía Helen; pronto, sonó la voz de esta por el teléfono.

—Hola, Érica.

—Helen, ¿qué has estado haciendo? ¿Por qué tu negocio está cerrado?

—¡Oh! ¡E-estoy de viaje! ¿Pasa algo?

—Déjame decirte que tengo malas noticias, Helen. Anastasia volvió al país.

En un chalé lujoso, Helen, quien disfrutaba de tener un sirviente en el sofá, se aterró tanto que soltó el teléfono. Luego, lo levantó, respiró profundo y preguntó con nerviosismo:

—¿Cuándo volvió? ¿Por qué lo hizo?

—¿Por qué estás tan nerviosa? ¡Aún le tienes miedo!

—No, solo preguntaba.

—Me lo contó mi papá. No sé qué está haciendo acá, pero estoy segura de que está detrás de los bienes de la familia y podría causarte problemas a ti también.

Un destello de malicia brilló en los ojos de Helen al oír esto, quien pensó: «¿Por qué no se murió Anastasia en el extranjero? Así, no tendría que entrar en pánico. —Todo lo que Helen disfrutaba ahora era gracias a ella, por lo que jamás le contaría a Elías la verdad mientras viviera—. No puede enterarse de que estuvo con Anastasia en aquel entonces».

—También tengo miedo de que se vengue contra mí, Érica. ¿Me podrías contar todo lo que haga? —le preguntó Helen.

—Está bien —contestó—, nos encargaremos juntas de ella en el futuro.

Tras colgar el teléfono, Helen se mordió el labio. Ya estaba acostumbrada a que la trataran como una jovencita adinerada y a tener lo mejor de todo. Para compensárselo, Elías le daba todo lo que quería, por lo que Helen se volvió más codiciosa y quería más que una compensación material. De hecho, quería ser la esposa de Elías; convertirse en la mujer de alguien como él debe ser la mayor alegría del mundo.

Por lo tanto, no podía permitir que Anastasia arruinara sus planes; ni siquiera Érica tenía que enterarse, porque se pondría celosa y la expondría. Como tal, debía conocer bien lo que se relacionaba con Anastasia y buscar el mejor método para hacerla desaparecer del mundo.

A las 5:00 de la tarde, Anastasia llegó a tiempo al preescolar para recoger a su hijo. El pequeñín con gusto se despidió de su maestra y corrió hacia su madre.

—¡Mami!

—¿Qué tal la escuela?

—¡Bien! Les agrado a la maestra y a mis compañeros —le informó de manera alegre el niñito.

—¿Qué tal si cenamos fideos?

—¡Está bien!

Anastasia fue afortunada de dar a luz a un niño con carácter tan angelical. Desde bebé, él nunca le causó problemas: no era exigente con la comida, tenía una buena personalidad y era un niño amable y cariñoso. Después de hacer las compras en el supermercado, volvieron a casa para preparar la cena, mientras que el niñito jugaba con su Lego. En ese instante, el pequeño departamento estaba lleno de calor y comodidad.

—Mami, ¿te fue bien en el trabajo hoy? —preguntó con preocupación el niño.

—Sí, me fue bien —contestó Anastasia, sonriendo.

Nunca se quejó de la vida o del trabajo frente a su hijo; incluso si le iba mal en la vida, la sonrisa de su hijo era dulce y la podía curar de la infelicidad.

—Alejandro, ¿te parece bien si te llevo a ver a tu abuelo en dos días? —le preguntó a su hijo.

Capítulo 6 Avergonzada frente a él 1

Capítulo 6 Avergonzada frente a él 2

Capítulo 6 Avergonzada frente a él 3

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