Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 100

La abuela García, al ver la foto, sonrió ampliamente. —Muy bien, parece que mi arreglo fue acertado.

—¿Han estrechado su relación? —preguntó Don Ramón.

La abuela García respondió con cierta satisfacción, —Por supuesto, no los mandé al balneario solo para que se relajaran en las aguas termales.

Don Ramón asintió riendo, —Eres astuta, desde joven siempre tuviste muchas ideas y ahora eres incluso más hábil.

—¡Ja, ja, ja! —rio la abuela García, pero pronto se puso seria, —Sabes cómo está mi salud y la situación de la familia de Alejandro. Si no tiene a alguien a su lado que lo cuide y lo apoye, cuando yo me vaya, enfrentarse solo a todo será demasiado difícil para él.

—Anita es una buena chica, la hermana de la señora Ruiz no se equivocaría. —dijo Don Ramón, también con seriedad.

Ambos ancianos, tras haber enfrentado muchas dificultades a lo largo de sus vidas, comprendían que hay cosas que no podían controlar.

Solo podían hacer lo que estaba a su alcance y dejar que los jóvenes siguieran su propio camino.

——

Después de tomar la foto y cumplir con su tarea, Ana se levantó inmediatamente y volvió a su lugar anterior.

Alejandro acababa de guardar su teléfono cuando vio a Ana alejándose de él como si fuera un apestado, buscando el lugar más alejado para relajarse en el agua, lo que empeoró aún más su expresión.

Una sensación de irritación inexplicable lo invadió.

Ana, por su parte, se acomodó en una posición cómoda, apoyó bien la cabeza y cerró los ojos, disfrutando del raro momento de tranquilidad sin prestarle atención a Alejandro.

'Seguro que él preferiría que yo estuviera lo más lejos posible.'

Estas villas adosadas estaban conectadas entre sí, cada una con su propia piscina de aguas termales separada para garantizar la privacidad.

Si se hablaba y todo estaba en silencio alrededor, se podían escuchar las conversaciones de los vecinos.

De repente, unos sonidos que hacían ruborizar y aceleraban el corazón llegaron desde una villa cercana.

No se escuchaban claramente, pero era obvio lo que estaba ocurriendo.

Ana se sonrojó al instante.

Si hubiera estado sola, habría ignorado los sonidos, pero la situación era incómoda porque Alejandro también estaba allí.