Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1008

Beatriz corrió apresuradamente al aeropuerto para despedirse.

Observó a Ana entrando en la terminal y una punzada de tristeza la embargó.

No le dedicó ni una mirada a Alejandro, que acompañaba a Ana.

—¿Por qué te vas tan pronto? ¿Acaso no acordamos pasar unos días más juntos?

Anoche mismo, en una conversación telefónica, habían decidido extender su estadía; sin embargo, esa mañana le notificaron que debían regresar a su país.

Desde que supo del ambiguo involucramiento de Alejandro con Patricia, Beatriz había optado por ignorarlo por completo.

¡Para Beatriz, cualquiera que traicionara a Anita era un enemigo!

—Don Fernando me informó de un asunto urgente que no puede esperar; debo regresar lo antes posible. Te esperaré en Ciudad A cuando vuelvas —Ana abrazó a Beatriz, a quien también le resultaba difícil despedirse.

Alejandro enfrentaba obligaciones laborales.

Durante su estancia en el país de Piedraplata, había acumulado mucha carga de trabajo en Ciudad A, al igual que don Xavier y Arturo, quienes últimamente se habían visto envueltos en actividades sospechosas y habían generado numerosos problemas. Además, la salud de la abuela García parecía haber empeorado recientemente.

Por varias razones, se vieron obligados a concluir su viaje antes de lo planeado.

—Está bien, nos veremos en Ciudad A.

Al marcharse, Beatriz miró a Alejandro; parecía querer decir algo, pero luego decidió que no sería beneficioso para Ana, y con un suspiro de frustración, desvió la mirada.

Luego observó cómo ambos entraban en la terminal.

Una vez dentro, Alejandro manifestó su confusión: —¿Beatriz guarda resentimiento hacia mí? ¿En qué momento la ofendí?

Ana observó hacia el exterior del aeropuerto; Beatriz ya se había marchado.

Era probable que Beatriz hubiera percibido algún problema entre Ana y Alejandro, y por eso mostraba resentimiento hacia él.

En ese momento, un empleado del hotel se acercó y le informó a Patricia: —El huésped que estaba alojado en esta habitación hizo el check-out esta mañana.

—¿Check-out?

Patricia se mostró confundida.

¿Se estaban regresando a su país o simplemente se habían trasladado a otro hotel, a otro lugar?

Inmediatamente, Patricia regresó a su habitación, y luego tocó la puerta de la habitación contigua, sin obtener respuesta.

¡Realmente se habían ido!

Acto seguido, llamó a Kenia: —Creo que me estás engañando.

—¿Cómo podría engañarte? —respondió Kenia.