Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1029

Incluyendo a los dos, el completo desánimo de Alejandro hizo que Ana tomara una profunda respiración.

En ese momento, el celular de Alejandro de repente sonó.

Alejandro, mientras miraba fijamente a Ana, contestó la llamada.

—¿Qué sucede? —La voz de Alejandro sonó fría, envuelta en hielo.

Ana observó a Alejandro.

Al ver cómo cambiaba de expresión repentinamente, no pudo evitar tener un mal presentimiento.

Luego escuchó a Alejandro decir: —Voy para allá ahora mismo.

Después de colgar, Alejandro le dijo a Ana: —Hay una emergencia en la empresa, tengo que irme, nos vemos otro día.

Con esas palabras, se dispuso a marcharse.

Ana, viendo que estaban a punto de llegar, se apresuró a decirle a Alejandro: —Ya casi estamos, el trámite de divorcio es rápido, no debería tardar mucho.

Alejandro la miró fijamente.

Luego bajó la vista a su reloj.

—Incluso cinco minutos son demasiado para mí, volveré otro día.

Dicho esto, sin darle a Ana más oportunidad de detenerlo, levantó sus largas piernas y se fue.

Caminó rápidamente y salió del Registro Civil.

Ana nunca imaginó que, estando ya en el Registro Civil, Alejandro tendría un asunto de último momento.

Justo cuando ella estaba por irse, la persona que estaba detrás de ella en la fila le dijo: —Creo que tu esposo no quiere divorciarse de ti, se nota que aún te quiere mucho cuando te mira, probablemente solo buscó una excusa para irse, probablemente ustedes no puedan divorciarse con éxito.

Si uno ama a alguien, se puede ver claramente en sus ojos.

Ana se detuvo un momento, luego sonrió sin decir nada más.

Luego dejó el Registro Civil.

Al regresar al coche, lanzó la bolsa que contenía los documentos al asiento del copiloto.

—¿Ya terminaste con el divorcio con Alejito? —preguntó don Fernando.

Ana, tras una pausa, respondió: —Hoy tuvo un asunto urgente, todavía no hemos terminado con el divorcio.

—¡Ay, qué coincidencia! No sé si esta vez doña Isabel se equivocó, pero tú y Alejito son muy compatibles, parece que estuviera destinado. Mira, desde que estás con Alejito, él ha cambiado mucho. Y Marta, su salud ha empeorado estos últimos años, pero recientemente ha mejorado bastante — Don Fernando empezó a sentir que algo no cuadraba.

Pero como se trataba de doña Isabel, no podía cuestionarla.

Sin embargo, verlos separarse le partía el corazón.

No había sido fácil para ninguno de los dos.

Después de escuchar a don Fernando, Ana pareció tener una epifanía.

—Ay, ya estoy viejo y me gusta divagar. Descansa bien y no pienses demasiado, todavía hay tiempo, tú y Alejito no tienen que apresurarse a divorciarse en estos dos o tres días — Don Fernando se arrepintió internamente de haber expresado sus pensamientos.

Cuanto más hablaba, más doloroso debía ser para Ana.

Después de terminar la llamada con don Fernando, Ana fue inmediatamente a buscar las dos cartas de doña Isabel.