Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1064

—Busco pareja, los interesados pueden enviarme un mensaje privado.

Ana apareció en la transmisión en vivo desde la cuenta de su tienda.

Esta cuenta estaba muy bien administrada.

Al inicio de la transmisión, muchos clientes habituales se unieron.

Sin embargo, cuando mencionó que estaba buscando pareja, de repente miles de personas ingresaron al chat en vivo, y la popularidad del canal se disparó.

Incluso muchas personas mayores y los propios interesados le enviaron mensajes privados con fotos.

Toda clase de información personal se compartía abiertamente en los mensajes privados.

Incluso Elena y otros, que acababan de colgar el teléfono, preguntaban por ella en el chat grupal familiar.

Hasta Javier, que estaba estudiando intensamente para sus exámenes, de repente mostró interés.

Ella compartió capturas de pantalla de los mensajes privados en el grupo.

[Todavía soy muy popular, ¿eso los tranquiliza? El divorcio no significa nada para mí.]

Alejandro se había comprometido; ella buscaba pareja.

Estaba bien.

Todos empezaron a mostrar su acuerdo y apoyo a su decisión.

Después de hablar con ellos, casualmente revisó los mensajes privados para ver fotos de hombres robustos.

Había muchos buenos hombres allá afuera.

No había necesidad de complicarse.

Parecía que mañana podría estar divorciada.

Eso también estaba bien, sin importar si la carta anterior fue escrita por la abuela Ruiz o no, al menos ahorraría algunas molestias.

Justo cuando iba a contar cuántos abdominales tenía el hombre de aspecto robusto.

De repente, el rostro de un hombre apareció detrás de ella en la pantalla.

—Cariño, ¿nos bañamos juntos? Ya preparé el agua.

Alejandro tenía un semblante sombrío: —¿Tan ansiosa estás por empezar a buscar pareja cuando aún no estamos divorciados?

Los dos hicieron preguntas similares al mismo tiempo.

—Al contrario, Alejandro, tú fuiste el primero en actuar —Ana sentía que discutir con un capitalista como Alejandro era perder el tiempo.

Alejandro la miró, primero sorprendido y luego sonrió.

Ana, viendo su sonrisa, frunció el ceño. ¿Este hombre estaba de tan buen humor después de comprometerse?

Recordando los momentos recientes juntos, él parecía no haber sonreído así antes.

La sonrisa de ahora parecía genuina, desde el fondo de su corazón.

De repente, sintió que todas las emociones que había estado experimentando últimamente eran como una broma cruel frente a ella.

Con el rostro tenso, dijo: —Mañana por la mañana vamos al Registro Civil a divorciarnos. No perdamos más el tiempo.

De repente, Alejandro bajó la cabeza, y su rostro atractivo se acercó al de ella.

La miró fijamente a los ojos.