Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 109

......

Ana llegó puntual a las nueve y media, tal como se requería para la entrevista.

Junto a ella esperaban otras dos personas.

Los otros dos eran hombres que parecían tener unos diez años más que ella.

Cuando vieron a Ana, ambos fruncieron el ceño.

—Una chica tan joven, ¿habrá conseguido la entrevista por conexiones?—, pensaron.

El equipo de Don Fernando estaba compuesto por profesionales realmente competentes, y se decía que muchos que intentaban ingresar por contactos habían sido rechazados por Don Fernando.

¿Qué tanto podría saber una joven así?

Ambos hombres no pudieron evitar mostrar cierto desprecio, especialmente porque ella también era muy atractiva.

Ana percibió sus miradas hostiles, pero decidió ignorarlas.

—Pensé que ya no tenía oportunidades para la entrevista, pero qué sorpresa que me llamaran de nuevo. ¿También recibiste la llamada anoche?

—Sí, ya me estaba preparando para postularme a otros equipos; habría sido una pena no entrar al equipo de Don Fernando.

—Parece que tenemos algo de destino con el equipo de Don Fernando.

Los dos hombres hablaban en voz baja, como si ya se consideraran compañeros de trabajo en el futuro.

Completamente ignoraron a Ana.

Por suerte, solo tuvieron que esperar unos diez minutos.

No fue Don Fernando quien los entrevistó en persona.

Eran tres personas de unos cuarenta años, un hombre y dos mujeres, quienes mostraban mucha experiencia y confianza tanto en el sector como por parte de Don Fernando.

—Vamos a identificar algunos objetos. Observen estas monedas antiguas, pinturas, bronces y porcelanas cuidadosamente y determinen cuál es falso, listando los falsos en orden.

Los tres entrevistadores compartían la misma opinión y observaban con expresiones frías.

Esta escena era observada desde la sala de control por un abuelo y su nieto.

Don Fernando mostró un destello de desaprobación en sus ojos.

Parecía confirmar su sospecha de que la joven solo buscaba llamar la atención con trucos.

Miró a Pablo y dijo, —Ahora no tienes nada que decir, ¿verdad?

Pablo se sintió algo inseguro, ya que nunca había visto a Ana identificar tantos objetos tan rápidamente, y no estaba completamente seguro de si estaba en lo correcto, pero confiaba en Ana. —No te apresures, abuelo. Lo importante es el resultado. Solo tenemos que verificar si sus respuestas son correctas, ¿no es así? La rapidez no importa.

—Muchacho ingenuo, ¿cuántos cumplidos te ha hecho ella? — Don Fernando lanzó una mirada a Pablo y giró los ojos.

Pablo insistió: —Pronto verás de qué 'cumplidos' hablo, abuelo.

Él confiaba en Ana. Pero todos esos objetos juntos le mareaban. ¿Cuál era el falso? ¿Por qué los falsos de su abuelo tenían que ser tan convincentes?