Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1150

Ana miró la hora y estuvo de acuerdo.

Hoy, de hecho, no tenía nada más que hacer.

Por la tarde, primero fue a visitar a Manuel, y luego de camino fue a ver a Hailita.

Manuel había estado bastante ocupado últimamente.

Acabó una película y ya se dirigía a otra.

Estaba en series de televisión y películas, incluso en programas de variedades, además de promocionar otras series, ocupado de día y de noche.

Ese día, cuando fueron al aeropuerto a recogerlos, ya había hecho un esfuerzo para sacar tiempo.

Recién en el grupo de chat escuchó hablar a Manuel, parecía que tenía la garganta inflamada, ahora que cambiaba la temporada, el clima pasaba de frío a caliente rápidamente, era fácil enfermarse, y el té de manzanilla que estaba tomando era bueno, así que se lo llevó de paso a Manuel.

De hecho, ella no vio a Manuel.

Cuando llegó al set, Manuel estaba filmando, y no permitieron que muchas personas entraran.

Decían que era una escena íntima.

Después de dejar el té de manzanilla y algunas medicinas al asistente de Manuel, fue al centro comercial cercano.

Compró dos cafés en la cafetería del centro comercial, y también compró un par de auriculares que acababan de lanzarse al mercado.

Luego condujo hacia Casa Ferreira.

En este tiempo, Haila había estado en casa recibiendo clases particulares, contratando varios tutores, generalmente ocupada durante el día.

Y con muchos deberes escolares, además, como no había mucha gente en casa para acompañarla, Ignacio estaba muy ocupado, así que no podía atender bien la situación emocional de Hailita.

Cuando Haila vio a Ana, se sorprendió.

—¡Anita!

Había pasado un tiempo desde la última vez que se vieron, Haila parecía haber crecido más, aunque también estaba más delgada.

—Veamos cómo es la calidad del sonido de estos auriculares.

Ana le pasó los auriculares.

Haila estaba encantada. —¿Para mí? Vi estos auriculares en internet, siempre quise comprarlos, pero he estado tan ocupada estudiando que no tuve tiempo para ir a comprarlos, ¡esto es genial! ¡La persona que más me entiende es definitivamente Anita!

¡Si Anita pudiera convertirse en su cuñada, ser parte de su familia sería maravilloso!

Ignacio realmente no sabía lo que las chicas querían.

Ana se sintió aliviada al ver que a Haila le gustaban.

Ahora, con los platos servidos y el caldo de zarzuela de mariscos hirviendo, el apetito se despertaba verdaderamente.

—Sé que a Anita le gusta la zarzuela de mariscos, así que pedí que la prepararan —dijo Haila.

Ignacio asintió. —La zarzuela de mariscos está excelente.

Ana sabía que a Ignacio le gustaba la comida picante, pues en varias ocasiones que habían comido juntos, siempre elegía platos picantes.

Los tres comieron bastante.

Casi terminaron con los más de diez platos que se habían preparado.

Después de la cena, Ana acompañó a Haila en un paseo de media hora.

Charlaron sobre pequeños temas de chicas.

En el camino de regreso a casa en auto, Ignacio la llamó para agradecerle.

Ella respondió con una sonrisa. —Trato a Hailita como si fuera mi hermana, no tienes que ser tan formal.

Ignacio dijo. —Hailita estuvo muy feliz hoy, las chicas de su edad tienen muchas preocupaciones, pero hay cosas que no puede hablar conmigo fácilmente. Desde que llegaste hoy, ha habido un cambio notable, ahora está feliz, cantando y bailando en su habitación.

Ana respondió. —Hablaré con Hailita con frecuencia, si necesitas algo puedes decírmelo directamente.