Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1157

Beatriz y Ana habían hablado por celular y ahora Beatriz esperaba aburrida la comida a domicilio.

Estos últimos días, había vivido de manera demasiado indulgente.

Mañana buscaría trabajo.

Inicialmente quería emprender, pero ahora, al no sentirse bien y sin ánimos para empezar un negocio, decidió cambiar de ambiente laboral y luego encontrar un lugar adecuado para abrir una cafetería.

Mientras pensaba en esto, el timbre de la puerta sonó de repente.

Ella corrió apresuradamente a abrir.

—¡Un momento!

Estaba tan hambrienta que se sentía débil.

El servicio de entrega de hoy parecía más lento de lo habitual.

Tal vez porque coincidía con la hora pico de comida.

Abrió la puerta de inmediato.

En el momento en que la puerta se abrió, Beatriz se quedó paralizada, mirando incrédula a la persona frente a ella: —¿Señor Mauricio?

¿Cómo podría el señor Mauricio venir de repente a buscarla?

Miró sorprendida hacia un lado, pero no vio a Bruno.

Así que había venido el señor Mauricio por sí mismo.

Mauricio la miraba con ojos profundos y oscuros, sin decir una palabra.

Beatriz rara vez veía a Mauricio así, parecía estar muy enojado.

Entonces...

—Señor Mauricio, me fui de repente, pero había una razón, no me sentía bien, y también le dije a Bruno que no necesitaba mi salario de este mes. Así que... no se enoje, señor Mauricio. —Intentaba sonreír de la forma más sincera y elogiosa posible.

Por alguna razón, desde que conoció a la madre del señor Mauricio, siempre sentía que algo no estaba bien cuando veía a Mauricio.

Mauricio miraba a la ingenua Beatriz frente a él, había esperado con ansias que ella lo buscara, pero en cambio, ella simplemente desapareció sin dejar rastro alguno, incluso lo eliminó de sus contactos de WhatsApp.

Incluso había eliminado a Bruno de sus contactos de WhatsApp.

Parecía que no quería tener ninguna relación con él.

Se encontraba en total estado de shock y confusión.

Señor Mauricio... ¿cómo es que simplemente la besó sin más? Y, además no estaban actuando.

De repente, como si algo se hiciera evidente tarde en su mente, estalló.

El repartidor de comida que esperaba afuera había esperado paciente unos minutos y, al no recibir respuesta alguna, empezó a llamar por celular.

El timbre del celularsonaba especialmente alto en el apartamento.

Fue entonces cuando Mauricio finalmente soltó a Beatriz, bajó la cabeza y le dijo cariñoso: —Ahora sabes por qué vine a verte, ¿verdad?

La mente de Beatriz seguía en blanco.

Lo entendió, pero luego negó con la cabeza.

Entonces, ansiosa, dijo: —Señor Mauricio, por favor muévase, mi comida ha llegado.

Mauricio, al oír esto, se rió un poco.

Viendo que Mauricio se hacía a un lado, Beatriz, sonrojada, abrió apresuradamente la puerta, tomando la comida del repartidor.