Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1167

Debido a que algunos tramos del camino al aeropuerto no cuentan con cámaras de vigilancia, todavía no hay pistas sobre lo que les pudo haber ocurrido ese día.

La policía sugirió que ambos podrían haber sido secuestrados, pero si eso hubiera sucedido, los secuestradores seguramente ya habrían contactado para negociar, y como no ha habido contacto, tal vez no se trate de un secuestro.

Es más probable que tanto ellos como el conductor hayan sufrido un accidente.

Estas especulaciones se basan solo en la ausencia de pruebas concretas de su paradero.

Sin haberlos visto, ella cree que Alejandro y su asistente Eduardo están bien y a salvo, y que no les ha pasado nada.

Ella miraba absorta una y otra vez a Alejandro en el video, con los ojos llenos de lágrimas.

Todo estará bien, él seguro que estará bien.

Fuera de la habitación.

Alberto le dijo a Francisco: —Es posible que el presidente Alejandro... haya muerto.

Cuando recuperaron ese video de vigilancia, ya se les había informado que continuar la búsqueda tal vez sería en vano.

Habían estado en Arena Blanca durante un largo mes, utilizando todos los recursos disponibles y buscando a todas las personas posibles.

Por lo tanto, ya no era necesario seguir buscando, era mejor ya hora de regresar y enfrentar las terribles consecuencias.

La situación del Grupo García no era muy alentadora, por cierto.

Los conflictos entre el presidente Alejandro y otros accionistas estaban siendo bastante intensos.

Dado que no había noticias de él, ya se le había declarado muerto en su país.

Afortunadamente, el presidente Alejandro había tomado algunas precauciones en el Grupo García, si él aún estuviera vivo, aquellos que habían aprovechado el caos para sus propios fines pagarían un alto precio cuando él regresara.

Era hora de que él regresara.

Francisco aceptó solemnemente, echando una última mirada hacia Ana en la habitación.

Él también debía regresar.

Suspiró profundo: —Este no es el resultado que queríamos ver.

En el último mes, habían sido testigos de lo que Ana había cruelmente soportado.

Cada esperanza se convertía en una decepción tras otra.