Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1187

—Si no hay nada más al respecto, puedes retirarte, todavía tengo trabajo que hacer. —Dijo Ignacio.

Haila, sin palabras, aceptó: —Está bien, me voy.

Después de que Haila salió, Ignacio devolvió la llamada a Ana.

—He visto el video y la persona que aparece en él se parece demasiado a Alejandro, pero él lo negó en el video. Así que, para saber quién es realmente, mandaré a alguien a averiguarlo.

Ana respondió: —Está bien, sé que lo negó, pero... tengo el presentimiento de que relamente es Alejandro.

Ignacio hizo una pausa, abrió la boca como si fuera a decir algo más, pero se detuvo en ese momento y no dijo nada.

Cualquier situación tendría que esperar hasta encontrar a la persona, sin encontrarla, cualquier suposición sería inútil.

...

Justo cuando Ana estaba a punto de salir de la Villa Estrella de Mar, recibió una llamada de Daniela.

El ruido de fondo era considerable, Daniela debía estar en un lugar bastante ruidoso.

—Señorita Ana, soy Daniela... Me gustaría verla, ¿tiene usted tiempo?

Ana preguntó: —¿Dónde estás?

Unos minutos más tarde.

En el tercer piso de un pequeño centro comercial, en un local de pollo frito.

Después de sentarse, Daniela no se atrevió a mirar directamente a Ana y preguntó nerviosa: —Señorita Ana, ¿qué le gustaría comer? Iré a pedirlo.

—Ya comí esta mañana y todavía estoy llena, pide algo para ti. —Dijo con agrado Ana.

Más bien, por alguna razón inexplicable, sentía una confianza total hacia ella que no podía describir.

Ana sabía de qué tenía miedo Daniela, y de inmediato fijó su mirada en el collar alrededor del cuello de Daniela: —Si fuera amiga de Patricia, no le habría pedido que te dejara un mensaje. El collar que llevas es un objeto maligno y traerá retribución a quienes lastimaron a ti y a tu madre.

Daniela asombrada abrió los ojos con incredulidad y miró a Ana: —¿Cómo sabes todo eso?

De repente, se levantó, aterrorizada.

Por un momento, sintió el fuerte impulso de huir.

—Sí, sé algunas cosas. Este objeto maligno que llevas también te dañará a ti. Los que dañan a otros ciertamente pagarán un precio, pero también te está lastimando. ¿Has estado teniendo pesadillas últimamente y enfermándote con frecuencia? —Preguntó Ana con una voz suave.

Los ojos de Daniela se abrían cada vez más.

No podía creer que su secreto hubiera sido revelado tan fácilmente.