Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1188

Al ver a Daniela asustada, Ana continuó diciendo: —De hecho, las personas que cometieron esos terribles vejámenes ya han sido castigadas, no necesitas seguir lastimándote a ti misma. Ese collar, puedo ayudarte a deshacerte de él, y después, cuidando bien de tu salud, podrás estar tan saludable como antes.

Los ojos de Daniela se llenaron de lágrimas repentinamente, como si hubiera sufrido una gran injusticia.

Finalmente, no pudo contenerse y las lágrimas cayeron desbordadas como lluvia.

Ana no dijo más, simplemente esperó en absoluto silencio a que Daniela se calmara.

Cualquiera con las experiencias tan terribles de Daniela no podría soportarlo, a tan corta edad había presenciado el lado más oscuro del mundo, había visto morir a su ser más querido frente a sus ojos. ¿Cómo no iba a tener miedo?

Entre lágrimas, Daniela comía papas fritas y una hamburguesa: —Cuando era pequeña, siempre envidiaba a quienes tenían a sus madres con ellos todos los días. Mi madre tenía que trabajar arduamente en la gran ciudad para ganar dinero y solo podía regresar a casa para verme una vez al año. Luego, cuando crecí, fui a buscarla. Al principio, ella no quería que me quedara en Casa Jiménez como sirvienta, pero yo quería estar con mi madre, pensé que ella temía que sufriera, pero si mi madre podía soportar las dificultades, yo también podía hacerlo. Ya no soy una niña, ¿verdad?

—Pero nunca imaginé que mi madre sería acosada de la peor manera, ¡la acosaban! Solo tenía que soportarlo, necesitaba ese trabajo. Decía que también tenía que ahorrar dinero para construir una casa para mi hermano menor y para su boda. Mi padre era un jugador empedernido y había muerto joven, toda la familia dependía solo de mi madre. Solo entonces supe que ella había estado viviendo como en un infierno todos estos años, sobreviviendo en el infierno por nosotros, sus dos hijos.

—Pero nunca pensé que serían seres tan inhumanos. Me drogaron y me acosaron de la peor aprovechando que mi madre no estaba. Luego, igual que le pagaban a mi madre, me dieron dinero. Mi madre quería ir a la policía enese momento, pero ellos no tenían miedo, decían que los abogados de la familia Jiménez podrían hacer que mi madre y yo termináramos en prisión. Teníamos que decidir si seguíamos sirviéndoles por dinero o si íbamos a la policía y terminábamos en la cárcel. Nos asustamos demasiado, mi madre tenía aún más miedo.

—¡Ellos son verdaderos demonios! Ese día querían abusar de mi madre, ella intentó escapar, pero de forma accidental cayó por las escaleras. Al final, me ofrecieron dinero para que guardara silencio, pero realmente no puedo resignarme a eso.

—Sé que el collar que llevo es un objeto maligno. Un día, mientras lloraba en el parque toda una tarde hasta que anocheció, un anciano se sentó a mi lado, me preguntó por qué lloraba y le conté que alguien había abusado de mí y de mi familia y que tenía miedo. Entonces, él me consoló y me dio este collar, diciendo que podría ayudarme a castigar a los malvados, pero que tendría que pagar un alto precio. Tal vez nunca me casaré, estoy tan manchada que nunca pensé en casarme, no merezco casarme.

Ana escuchaba en absoluto silencio mientras Daniela relataba todo el proceso.

Cuando escuchó que el collar había sido un regalo de un anciano en el parque, sus ojos se ensombrecieron.