Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1262

Si hablaba con Verónica, que desde el principio no admitía que había cometido un error y no distinguía lo justo de lo injusto, era mejor hablar de compensación con Gonzalo.

Además, sentía en ese momento que las intenciones de Gonzalo hacia Ana eran sinceras.

Mientras observaba a Gonzalo, no podía evitar sospechar, siempre pensando que Gonzalo era Alejandro.

No eran hijos de los mismos padres, por lo tanto, no podían parecerse tanto.

No, no era parecido, eran exactamente la misma persona.

También le desagradaba Verónica, se alegraba cuando Verónica estaba enojada, y en ese momento, no le importaban los principios morales, si estaba herida y feliz, eso en realidad era suficiente para ella.

Verónica abrió impresionada los ojos y dijo: —Gonzalo, consigue un abogado para que hable con ellas. Estás muy ocupado, además tienes mucho trabajo que hacer, no necesitas tratar con ellas personalmente, solo es cuestión de cuánto dinero compensar y listo, o espera a que termine todos los exámenes médicos y luego ven a hablar con ellas.

Ella simplemente no quería que Ana y Gonzalo no tuvieran ninguna oportunidad de estar solos.

Además, se sentía culpable por haber bloqueado a Gonzalo en WhatsApp.

—No es necesario, ahora hablaré con ella, tú ve a descansar en la habitación del hospital. —Gonzalo era un hombre firme e indiscutible.

Por un momento, Verónica se quedó sin palabras.

Luego, Gonzalo le dijo a Ana: —Vamos al café frente al hospital para hablar, es tranquilo y conveniente para discutir mejor el asunto.

Dicho esto, se fue sin esperar a que Ana aceptara.

Verónica, al ver esto, mordió nerviosa su labio y miró hacia atrás a Ana.

Después de que Gonzalo y Verónica se fueron, Beatriz le explicó en detalle a Ana: —Ana, por favor negocia por mí. Consulté con el taller mecánico, y la reparación del auto costará miles de dólares, estoy hospitalizada con lesiones que también me costará miles de dólares en sanar, más una conmoción cerebral, y los salarios perdidos en el futuro, al menos 14,000 dólares. ¿No crees que es suficiente para cubrir con todo?

Ella no carecía de esos 14,000 dólares, pero quien cometía un error debía pagar el precio.

—Si así lo quieres, iré a hablar, tú descansa bien. Llámame si necesitas algo. — Ana aceptó.