Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1302

Carmen era una verdadera bomba de tiempo.

Aunque hacía unos días que Elena y los demás habían ido a denunciar, la policía necesitaba obtener algunas pruebas al respecto, así que no se podía resolver el problema de Carmen, la bomba de tiempo, en uno o dos días.

Cada vez que lo recordaba, le parecía algo repugnante.

Cuando Francisco escuchaba el nombre de Carmen, su voz se enfriaba de repente. —Por ahora no hay novedades. No te preocupes por eso, ella no ha ido a buscar a mamá en estos días, tampoco ha tenido la oportunidad de verla. Los guardias de seguridad del complejo y de la empresa conocen muy bien a Carmen, por lo tanto, no le permitirán tener la oportunidad de ver a mamá. En cuanto a mí y a Manuel, ella debe saber que no tiene sentido alguno buscarnos.

Con Carmen, definitivamente no se podía ser indulgente.

—Todavía me siento un poco insegura. Carmen no es una persona que siga las reglas. Ustedes deben estar preparados para cualquier cosa, — dijo Ana.

Francisco respondió con firmeza: —Mmm, tranquila, no te preocupes por nosotros. Mejor tú cuídate, y si necesitas algo, llámame. — Francisco insistía, preocupado.

Ana sonrió. —Ok, no hay problema.

Después de hablar un poco más, colgaron.

En ese preciso momento, Ana descubrió que una solicitud de amistad que Alejandro no había aceptado hasta ese entonces, por fin había sido aprobada.

Aunque él no había dicho nada, esto le daba una buena señal a ella.

Mirando atenta el chat entre ellos, quiso decir algo en ese momento, pero de repente no supo qué decir.

No sabía cuánto de lo que dijo aquel día él le había creído.

Estos días él no se había contactado con ella, y ella tampoco lo había buscado.

Solo para darle la oportunidad de digerir poco a poco todas esas noticias repentinas.

Ella pensó por un momento.

Entonces, envió una foto de su boda.

La abuela García estaba pálida y sostenía temblorosa su celular, que mostraba una noticia local con una foto de Alejandro y Verónica.

Con dedos temblorosos, señaló a Alejandro en la pantalla.

—¿Viste esta noticia cuando regresaste al país? ¿Conoces a ese tal Gonzalo? Él se parece exactamente a Alejito.

Ana sabía que algún día la abuela García vería una noticia sobre Alejandro. De hecho, todo el país ya estaba al tanto de esto, pero casi por acuerdo tácito nadie le había informado a la abuela García.

Temían que pudiera hacer asociaciones que tal vez la perturbaran.

Sentía que todavía no era el momento adecuado de revelarle la verdad a la abuela García.

Afirmó y dijo: —De hecho, lo conocí en una cena cuando regresé al país. Se llama Gonzalo y se parece muchísimo a Alejito.

La abuela García, con los ojos enrojecidos, lo negó.—No es solo que se parezcan, son la misma persona. Soy su abuela y él creció a mi lado. ¿Cómo podría no reconocer a mi propio nieto? ¡Él es Alejito! Anita, no es que esté loca de tristeza ni quizás delirando, es que sé que él es mi Alejito. Aunque no sé por qué se ha convertido ahora en Gonzalo... pero él es mi Alejito.