Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1328

Ana asintió.

El disgusto que Carmen le había provocado se disipó instantáneamente.

—Ese día, en la fiesta de cumpleaños de doña Paola, le prometí a don Wálter que visitaría su casa para ver sus cuadros, que están bastante deteriorados. Necesito verlos en persona para saber si puedo restaurarlos.

Abuela García asintió. —Claro, por supuesto, ve.

Ana recordó otra cosa. —Abuela, las cosas con Alejandro están yendo bastante bien. En un tiempo más, cuando confíe un poco más en mí, intentaré traerlo a casa para que ustedes lo conozcan. Abuela, tiene que cuidarse mucho estos días.

Al escuchar el nombre de Alejandro, los ojos de Abuela García se iluminaron.

Ella sonrió ampliamente y dijo: —Claro, tengo muchas esperanzas ahora. Definitivamente me cuidaré.

Pero no pudo resistirse, extrañaba demasiado a Alejandro.

Así que planeó que, mañana, cuando Anita estuviera ocupada, iría a verlo secretamente.

No lo molestaría, solo lo observaría de lejos.

Mientras Alejito siguiera vivo, lo demás podía esperar.

Sin embargo, últimamente tenía la sensación de que no podría aguantar mucho más.

Lo único reconfortante era que, cuando sintió que ya no podía más, supo que Alejito seguía vivo y que Anita estaría con él por el resto de sus vidas. Después de todo lo que habían pasado, su relación de pareja solo podía mejorar.

Esto la tranquilizaba mucho.

Viendo a Abuela García radiante, Ana también sonrió: —Yo también, ambos seguiremos siendo saludables. Donde vive don Wálter, hay muchos restaurantes españoles cerca; dicen que uno hace muy buenas parrilladas. Cuando termine mis cosas y vuelva, compraré algo para probarlo juntos por la noche.

La señora Marta también adoraba comer, y sus ojos brillaron al oír hablar de comida deliciosa.

Preferiría esperar a que Alejito recuperara su memoria. No quería convertirse en un remordimiento para él. Alejito, aunque parecía distante y despiadado con los demás, en realidad era muy sentimental.

Su único nieto definitivamente debía ser muy querido por ella.

Marina se apresuró a preparar todo, temiendo que la señora Marta se sintiera mal en el camino, y se aseguró de llevar todo lo necesario.

Justo cuando estaban listas para salir, un criado les informó que alguien había venido a ver a la señora Marta.

—¿Quién será el que viene a visitar a la señora Marta? — Marina se sorprendió un poco.

Debido a la condición de la señora Marta, quien prefería la tranquilidad y no le gustaban las interrupciones, normalmente quien quería visitarla tenía que hacer una cita previa.

Nadie llegaba sin avisar.