Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1329

La sirvienta dijo: —Ella afirma ser la prometida de Gonzalo.

Al oír el nombre de Gonzalo, Marina entendió inmediatamente todo. No era de extrañar que no hubiera hecho una cita con anticipación.

Sin embargo, ¿por qué aparecería de repente la prometida de ese Gonzalo?

Aunque nunca había visto a esta chica, en el corazón de Marina había un desagrado inexplicable.

La señora Marta también se mostró algo sorprendida.

Tras un momento de silencio respondió: —Déjale que entre.

Luego le comentó a Marina: —Guarda esas cosas por ahora. Parece que hoy no podremos salir, justo cuando quería ver qué pretende esta Verónica.

—Ella no vendría si no fuera algo importante, señora Marta. Trate de no alterarse demasiado. Si es necesario, puedo llamar a la señora Ana para que regrese antes, — expresó Marina, algo preocupada.

La señora Marta le rechazo. —No es necesario, es solo una joven.

Habiendo estado al lado de Alejito durante tres años, haciéndole creer que era Gonzalo, esta Verónica seguramente ya había descubierto la identidad de Alejito hace tiempo, solo que nunca se lo había dicho.

Por lo que se podía imaginar, ella era una persona muy astuta.

Al pensar en esto, el semblante de la señora Marta se ensombreció. La acción de poseer a alguien o algo que no te pertenece es, en esencia, errónea.

Tras esperar unos minutos, la señora Marta finalmente vio a Verónica.

Verónica se sorprendió al ver a la señora Marta.

Esta señora Marta parecía estar muy bien cuidada y tenía un aura de autoridad natural.

La señora Marta levantó ligeramente una ceja. —Anita no está. Di lo que tengas que decir.

Verónica, aunque no muy perspicaz, captó la impaciencia en el tono de la señora Marta.

Parecía como si no quisiera escucharla divagar.

Aunque bastante resentida, era complicado haber llegado hasta allí, y si volvía, Gonzalo podría enterarse fácilmente. Así que decidió resolverlo todo de una vez, aunque fuera hablando con la señora Marta.

Había averiguado que la salud de la señora Marta no era muy buena.

Si su salud era tan frágil, ¿cómo seguía aún con vida?

Con una mueca disimulada, forzó una sonrisa y dijo a la señora Marta: —Verá, mi prometido Gonzalo viajó recientemente a la ciudad A, y, para su sorpresa, descubrió que hay alguien que se parece mucho a él. Esa persona que se parece a Gonzalo resulta ser su nieto Alejandro.