Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1337

Tras escuchar a Ignacio, la indiferencia en su rostro se disipó un poco.

En ese momento, Haila, de vuelta en su dormitorio, estaba ansiosa por compartir esa buena noticia con Lucas.

Pero por alguna razón, Lucas no aceptó su invitación de video.

Bueno, probablemente Lucas estaba ocupado.

Ella decidió dejarle un mensaje en WhatsApp.

[Lucas, acabo de hablar con Ignacio sobre nosotros, y él estuvo de acuerdo en que estemos juntos. Espera un poco más y te traeré para conocer a Ignacio. Él es después de todo una buena persona.]

Haila no esperó una respuesta de Lucas. Si Lucas estaba ocupado, seguramente tendría su celular en modo silencio y probablemente no respondería pronto.

—

Verónica no regresó a su casa.

En el camino, fue directamente al apartamento de Alejandro.

Alejandro había estado de viaje por unos días y ese día finalmente había regresado.

Ella había esperado ya media hora.

Amablemente dejó que la criada se fuera y luego preparó una gran mesa llena de delicias.

Había preparado varios platos en los que era especialmente buena.

No era la primera vez que cocinaba para Alejandro, pero él era alguien que comía poco de todo, así que era difícil saber si en verdad le gustaba la comida.

Sin embargo, eso no le impedía querer ser su tierna esposa.

Especialmente ese día, después de haber visitado a la señora Marta, se sentía aún más inquieta en el camino de regreso.

No estaba siendo melodramática; su miedo era genuino. Después de la cirugía, tendría que quedarse en el hospital durante varios días y no podría salir. Ana podría aprovechar esa situación para hacer algo, y ella no tendría forma de detenerla.

—No tengas miedo, yo estaré en el hospital contigo mañana, — dijo Alejandro con voz grave mientras entraba.

Verónica no se sorprendió; él ya se lo había prometido. Ella había estado con él en el hospital durante un mes difícil, y ahora era su turno de acompañarla.

—Sí, contigo ahí no tengo miedo. Acabo de terminar de preparar la cena. Gonzalo, ven y prueba si mi cocina ha empeorado. —Justo cuando terminó de hablar, de repente olió un ligero aroma.

No parecía ser perfume.

Era un olor muy elegante.

Definitivamente no era la fragancia que Alejandro solía usar.

¡Una mujer había estado cerca de Alejandro!