Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1349

Ana no esperaba que Alejandro fuera tan considerado como para darle a elegir de antemano lo que ella quisiera comer.

Semejantes detalles considerados, le daban la sensación de volver al pasado.

Probablemente hubo algún accidente de tráfico adelante; de otra manera, no se explicaría por qué estaban completamente detenidos.

Ella directamente empezó a mirar el menú, seleccionando algo de comida.

Todos era de su gusto, y también del gusto de Alejandro.

Lo que no sabía era cómo sería la comida en este restaurante, ya que algunos establecimientos, para adaptarse a los clientes extranjeros, modificaban sus recetas hasta el punto de hacerlas irreconocibles.

[¿Eso es todo?] preguntó Alejandro.

Ana: [¿Has estado en este restaurante antes? ¿Cómo preparan el pescado asado?]

Ella tenía ganas de comer pescado al carbón, y quería que fuese sabroso.

Alejandro: [No lo he probado, pero podemos intentarlo.]

Ana: [Está bien.]

Probar algo nuevo también era una opción.

De hecho, Marina era una excelente cocinera. Durante más de tres años viviendo afuera de su propia tierra natal, raramente había tenido la oportunidad de cocinar.

Pero Marina no era muy buena cocinando. Además, tenía que considerar a la abuela García, por lo que la comida siempre era bastante ligera. Solo ocasionalmente, cuando le apetecía mucho, preparaba un par de platos para satisfacer sus antojos.

Recordando estos más de tres años y revisando los registros de chat de WhatsApp con Alejandro, de repente sintió que esos tres años habían sido como un ensueño.

Era como si nunca hubieran existido.

El sonido de los cláxones detrás la hizo volver en sí de repente.

El tráfico adelante ya se había despejado.

La distancia de un kilómetro se cubrió rápidamente, y en pocos minutos llegaron al restaurante.

Ana asintió. —Yo tampoco. ¿Habías venido antes a este restaurante?

—He venido un par de veces, — dijo Alejandro.

Ana sonrió; eso la tranquilizaba aún más. Si él había regresado varias veces a este restaurante, seguramente la cocina era buena y había ganado su aprobación, lo cual no era fácil.

Una vez que la comida fue servida, ambos comenzaron a comer tranquilamente.

Después de un rato, Alejandro tomó la iniciativa de preguntar: —¿Cómo estás tan segura de que yo soy Alejandro?

Ana levantó la vista hacia él. —Todos los signos indican que eres Alejandro, y yo no tengo duda al respecto. Has estado investigando a Gonzalo estos días, ¿n? Con tu personalidad, también habrías investigado a Alejandro. Los dos tienen personalidades completamente diferentes. Como Gonzalo, que no habla bien español y tiene un acento extranjero notable, pero tú no. También mencionaste la última vez que Gonzalo era miope, pero tú tienes una vista excelente, y hay diferencias en el carácter. Excepto por el hecho de que sus rostros son idénticos, ustedes son dos personas completamente distintas.

Ella observaba intensamente al Alejandro frente a ella.

Cada línea de su cara y cada rasgo le indicaban al Alejandro que ella en otrora conocía.

—Y si no fuera Alejandro, ¿qué harías entonces? —Alejandro miró fijamente a Ana mientras preguntaba.