Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1357

En aquel momento, en los ojos de todos, ella seguramente parecía muy desdichada.

Si Alejandro la abandonara ahora, todos los esfuerzos de los últimos años habrían sido en vano, la empresa perdería la oportunidad de salir a bolsa, y muchos inversores reconsiderarían su opinión sobre Alejandro.

Así que, ella sabía que si Alejandro evaluaba bien la situación, la valoraría.

A cambio, ella siempre le sería fiel.

—

Alejandro había recibido varias llamadas de accionistas.

También de algunos medios de comunicación.

El incidente de Verónica saltando del edificio aquel día había tenido un gran impacto.

El asistente se apresuró y llegó frente a Alejandro. —Presidente Gonzalo, ahora todos están investigando quién ha intervenido en su relación amorosa, y si sigue así, podrían descubrir a la señorita Ana. Además, los medios ya están hablando de transmitir en vivo tu boda con la señorita Verónica mañana.

Esto lo estaba presionando.

No tenía otra opción que casarse.

Al pensar en esto, el asistente frunció el ceño.

¿No era esto demasiado?

Además, ¿por qué antes no había tanta conmoción mediática? Quizás alguien ya estaba celoso del rápido crecimiento de su empresa, que aquel año había arrebatado muchos negocios a otros.

—Ana no es quien intervino en nuestra relación —Alejandro, con una expresión seria, iba a tocar instintivamente el bolsillo de su pantalón para sacar una cajetilla de cigarrillos.

Pero se detuvo.

Realmente tenía cigarrillos en el bolsillo.

Desde que supo que antes no fumaba, a veces controlaba el impulso de fumar, incluso a veces salía sin cigarrillos.

Entonces, ¿quién era él realmente?

En aquel momento estaba en la azotea, no en el hospital, podía fumar.

La textura de los fideos era excepcionalmente buena.

Además, después de ser remojados en agua fría, los fideos quedaron firmes y deliciosos.

Después de la cena, las dos dieron un paseo por el jardín.

La señora Marta miró su reloj de pulsera. —¿A estas horas y aún no te ha contactado?

¡Alejandro realmente es muy sereno!

¡No parece temer perder a Ana!

Incluso con amnesia, ella pensaba que no debería ser así.

Ana también miró la hora, ya eran más de las ocho de la noche. —No hay prisa, abuela.

La señora Marta suspiró profundamente. —A estas alturas, ¿cómo no vamos a estar preocupados? Si no te contacta ahora, seguramente sigue pensando que es Gonzalo, y que debe responsabilizarse por Verónica. Iré a buscarlo mañana, y procederemos con la prueba de paternidad primero.

—Abuela, ¿has considerado que Verónica ha estado con él durante tres años y que quizás para él, Verónica ya es irremplazable en su corazón? —Ana preguntó de repente, muy seria.