Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1360

Ella mordió sus labios rojos y decidió tomar la iniciativa.

[Mordió sus labios rojos y decidió tomar la iniciativa. Yo soy tu esposa, Alejandro, y si te casas con Verónica, estarías cometiendo bigamia. ¿Por qué no vuelves al país conmigo para divorciarnos y luego regresas para casarte con Verónica?]

Esos mensajes eran como piedras lanzadas al mar.

Antes de decidirse a dormir, Ana no recibió ninguna respuesta de Alejandro.

Parecía que Alejandro ya había tomado su decisión.

El corazón de Ana pesaba como si tuviera una piedra encima.

Se sentía muy pesada.

—

Alejandro estaba frente a la ventana panorámica de su apartamento.

En un cenicero cercano yacían varios cigarrillos consumidos.

La mesa estaba cubierta de documentos dispersos.

Su asistente estaba a un lado, sosteniendo más documentos.

—Presidente Gonzalo, el director del orfanato dijo que no vendrá a verte; estos son algunos documentos de tu vida en el orfanato desde la infancia que el director me pidió entregarte.

—Déjalos ahí —dijo Alejandro.

El asistente dejó los documentos y se retiró del apartamento.

Minutos después, Alejandro comenzó a revisar los documentos uno por uno.

Cada palabra en esos documentos parecía probarle algo.

Unos minutos después.

Lo leyó por completo.

Luego encendió otro cigarrillo.

Entre el humo que se enroscaba, tomó el informe psicológico de Verónica que estaba al lado.

¿Depresión?

Después, apagó el cigarrillo que había fumado a la mitad.

Tomó su celular que estaba en silencio.

Alejandro preguntó: —¿Estás tan seguro de que soy Alejandro?

Bryan respondió. —Si fueras Gonzalo, no sería posible que te recuperaras tan rápido del accidente. Siempre has sido duro contigo mismo, ¿fueron difíciles los entrenamientos de rehabilitación?

Alejandro frunció el ceño. —Hazme un favor.

—Dime.

—

La noche era interminable.

Verónica nunca había sentido que el tiempo pasara tan lentamente.

No podía dormir en toda la noche.

Cuando Alejandro se fue por la noche, le dijo que mañana vendría a recogerla al hospital.

Pero aun así, no podía estar tranquila.

Pensándolo bien, no creía que Ana permitiría fácilmente que Alejandro se casara con ella.

Ana era una persona muy calculadora.