Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1370

Media hora más tarde.

Lucas llamó a Haila desde la puerta del hospital.

No había contestado una llamada que Haila le había hecho justo antes.

—Me encontré con una anciana en el camino, se sentía un poco mal, así que la llevé al hospital. No pude atender tu llamada. ¿Estás enojada? Volveré y te pediré disculpas —Lucas bromeó con Haila mientras intentaba detener un taxi.

Haila, al escuchar las palabras de Lucas, dejó pasar el enojo. —Ah, entonces fue eso. Bueno, de hecho, estaba un poco enojada, pero ahora te perdono. ¡Me siento orgullosa de que hagas el bien siendo tu novia!

—¿Quién en la escuela no sabe que eres mi novia? Trataré de hacerlo aún mejor en el futuro para que te sientas más orgullosa —Lucas la tranquilizó con total facilidad.

Él tenía completamente controlada la actitud de Haila.

—¡Creo que llegará ese día! —Haila se sintió extremadamente dulce por las palabras de Lucas.

Después de colgar el teléfono, la sonrisa en el rostro de Lucas desapareció rápidamente.

Miró a los nuevos contactos que acababa de agregar en WhatsApp y no pudo evitar reír.

Había que decirlo.

La señorita Verónica, a quien había conocido antes, parecía más fácil de engañar.

La ropa que llevaba puesta y la bolsa que cargaba sumaban miles de dólares.

Parecía estar ligeramente herida, por lo que este era el momento más oportuno para acercarse a ella.

Lucas tenía una buena costumbre: nunca se limitaba a una sola opción, siempre le gustaba preparar varias alternativas.

Cuando necesitara tomar una decisión, elegiría la mejor.

Nunca permitiría que solo tuviera un camino por delante.

No es que Haila no fuera suficiente, sino que tenía un hermano que podría ser un obstáculo para él.

Lucas guardó sus pensamientos y envió un mensaje a Verónica en WhatsApp: [Descanse bien, señorita. Escuche al médico y, si necesita algo, no dude en pedírmelo.]

—

Ana empujó su maleta al entrar en Villa Estrella de Mar.

Dentro de la villa, estaba oscuro.

Alejandro también sabía que Ana estaría allí.

—¿...Has vuelto? Estoy preparando fideos. ¿Has cenado? ¿Quieres que te cocine un plato también? —Ana preguntó con vacilación.

Después de preguntar, se sintió un poco aturdida, recordando cómo eran cuando acababan de obtener su certificado de matrimonio años atrás.

Alejandro la miró profundamente y respondió que sí.

En menos de diez minutos, Ana tenía los fideos listos.

Era un plato de fideos muy simple.

Antonio los había preparado y los había dejado en el refrigerador; Ana solo necesitaba cocinarlos y agregar algunos vegetales.

También hizo el plato más simple de tomates con huevos revueltos.

Rápidamente preparó una ensalada para acompañar los fideos.

Desde que Alejandro había llegado a la ciudad A hacía dos días, no había comido con regularidad.

También había estado comiendo algo al azar en diversos restaurantes.