Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1386

Ella nunca lo había visto antes.

Además, por cómo lo trataba, ese hombre debía conocer a Elena desde hacía tiempo, de otra forma, no podría llamarla tan afectuosamente.

Sin embargo, no era momento para preguntar quién era.

—Mamá, deberíamos ir al hospital a que te revisen.

Elena rechazó la idea de inmediato. —No es necesario, a menudo me caigo y ya estoy acostumbrada a las heridas. En el hospital solo me harían volver a casa con un spray para curarme. Tengo medicina aquí, la tomaré y me la aplicaré.

Decía esto mientras se dirigía a abrir la puerta.

Luego, se giró hacia el hombre de mediana edad a su lado: —Presidente Samuel, entra y toma un café para descansar antes de irte.

Samuel Alvarado, al oír esto, miró a Ana y luego dijo: —Tengo asuntos pendientes en la empresa, cuando tenga la oportunidad invitaré a Elena a tomar un café.

Después de decir esto, se fue directamente.

Elena se sintió un poco mal, él la había llevado a casa y ni siquiera pudo ofrecerle un café.

Ana retiró la mirada de Samuel. —Mamá, ¿quién es él?

—Oh, mira que se me olvidó presentártelos. Él es el presidente Samuel, el que arrendó el edificio a nuestra empresa, ha ayudado mucho a nuestra empresa estos dos años. Hoy, al salir del trabajo, me vio caer y decidió llevarme a casa —respondió Elena.

Ana asintió. —Vamos a casa a ver qué tan grave es la herida. Si es algo serio, deberíamos ir al hospital.

Viendo la preocupación de Ana, Elena no insistió y sonrió, asintiendo. —Está bien, vamos a ver qué tan grave es.

Una vez en casa, Elena se quitó los zapatos y vio que su tobillo estaba algo rojo e hinchado, pero no parecía grave. Con aplicar medicina o spray, probablemente se recuperaría completamente en un par de días.

—Ves, te dije que no era grave, solo necesito descansar.

Elena no pudo evitar reír. —Eres tan considerada. Por cierto, ¿Alejito ha recordado algo recientemente?

—No, parece que no va a recuperar su memoria pronto —Ana, de repente, sintió que no era tan importante que él recordara el pasado.

Para Alejandro, sus recuerdos pasados eran importantes.

Pero ahora que no podía recordarlos, intentar hacerlo y angustiarse por ello realmente no ayudaría a su recuperación.

Además, en este momento, debía haber algunos problemas en la casa ancestral de los García, lo que podría afectar significativamente a Alejandro.

Elena asintió. —No podemos apresurarnos con eso, tenemos que tomarlo con calma. Incluso sin sus recuerdos, ustedes siguen siendo esposos.

—Tienes razón, mamá.

Las dos continuaron charlando un rato más.