Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 140

Mónica frunció el ceño de manera sutil y dijo: —Tienes suerte de seguir al presidente García.

En su círculo social, tener a un hombre rico que las mantenga garantizaba que todo fluyera sin contratiempos.

Muchas deseaban tener una relación con Alejandro, pero se limitaban a soñarlo, sin ninguna oportunidad de acercarse.

Ana sabía que las palabras de Mónica eran ambivalentes, pero pensó que no valía la pena explicarse.

En una ocasión como la de hoy, probablemente nunca tendría la oportunidad de volver, ni de encontrarse de nuevo con las personas de ese lugar.

—No es una pena que no luches en el mundo del espectáculo —dijo Mónica, examinando a Ana.

Era inocente y sensual a la vez, y su figura era atractiva. Si se hubiera involucrado en el mundo del espectáculo, con el respaldo de Alejandro, Ana podría haberse convertido rápidamente en la estrella más popular.

Ana sonrió. —Cada uno sobresale en su propio campo, y a mí no me gusta estar frente a la cámara.

Mónica encogió los hombros. —Tienes razón, cada uno es bueno en lo suyo. No sé qué haría si no actuara.

Continuaron charlando por un momento.

Fue entonces cuando la puerta se abrió.

—Señor Blanco, lo siento, llego tarde. ¡Feliz cumpleaños!

Ana y Mónica, que estaba a su lado, miraron hacia la puerta.

Era Nuria.

Nuria llevaba un largo vestido blanco, luciendo pura y apasionada, totalmente diferente a la digna presentadora que aparecía en la televisión, lo que causaba un fuerte impacto visual.

Ante las dos famosas actrices y modelos, Nuria no se quedaba atrás.

Después de disculparse con Salvador, echó un vistazo alrededor. Al ver a Alejandro, pareció sorprendida. —¿El presidente García también está aquí?

Salvador hizo un gesto con la mano. —No llegas tarde, aún no hemos cortado el pastel.

Nuria, con tacones altos, caminó hacia Salvador y Alejandro.

Parecía no ver a nadie más.

Horas antes, Alejandro le había dicho que no había nada entre él y Nuria, pero viendo la interacción entre Salvador, los demás y Nuria, no parecía ser el caso.

Alejandro, por alguna razón, se mostraba distante de una manera que era difícil de interpretar.

Ana frunció el ceño y miró a Emilio de reojo. —No tengo la relación que tú imaginas con el presidente García.

—Si no es lo que pienso, ¿entonces qué es? No me digas que crees que vamos a creer que eres solo su secretaria. Eduardo, que trabaja a su lado, es muy competente; tú estarías allí más que nada para... otros servicios —Emilio claramente estaba muy intrigado.

A medida que se acercaba más, notaba la piel suave de Ana, que parecía extremadamente delicada.

Era una belleza difícil de resistir.

Ana frunció el ceño, considerando que Emilio era amigo de Alejandro, se contuvo de responder agresivamente. —Además de ser su secretaria o amante, piensa más audazmente, ¿qué más podría ser mi relación con el presidente García? Si aún quieres seguir siendo amigo de él, mejor reconsidera tus palabras. No soy buena guardando secretos, y quién sabe si en unos minutos, en frente de él, diga algo que no debería.

—¡Tú! —Emilio estaba visiblemente molesto.

No esperaba que una chica de apariencia frágil pudiera tener una actitud tan firme.