Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1407

Ana se sorprendió primero y luego dijo: —Realmente es el hermano de la abuela Ruiz, los monstruos de estos años los colocó él para entrenarme, lo admitió ayer en casa de los García. Además, la abuela Ruiz alguna vez...

Explicaba calmadamente.

Al oír esto, Fernando gradualmente mostró una expresión de asombro en su rostro.

Después de un rato, pudo continuar hablando y, cuando lo hizo, ya estaba convencido por Ana: —Entonces, ciertamente es capaz de hacer tal cosa. Ese tipo solo considera lo que se le cruza en frente, y hace lo que se le viene en gana, nunca piensa si es razonable o no, todo se basa en sus preferencias personales, la vida de los demás no vale nada para él. ¡Pero qué pervertido, incluso le gusta su propia hermana al muy pecador!

Después de decir esto, Fernando recordó algo más: —Dijiste que no le queda mucho tiempo de vida, ¿verdad?

Ana asintió: —Actuar contra el destino le ha causado un problema, ahora sufre de una enfermedad terminal. Sin embargo, él dice que todavía hay muchos monstruos en este mundo, así que debemos seguir siendo cautelosos.

Ana tenía sentimientos encontrados hacia Edgardo.

En los ojos de Edgardo, ella debería considerarse una estudiante que él había instruido y vuelto sabio con sus acciones, por lo que lo último que deseaba era que perdiese la vida por un niño aparecido, preferiría exponerse él mismo para contarle esas cosas.

Pero, en sus ojos, Edgardo era alguien sin ninguna moral y bastante imprudente, convirtiendo el buen destino y la vida de los demás en un juego que puede controlar y manipular a su antojo, lo que la hace dudar si debería odiarlo o agradecerle.

Fernando también se volvió más sombrío: —Es verdad, pero este tipo es realmente mezquino. En aquellos días, nosotros realmente teníamos algunas quejas contra él de vez en cuando. Cuando nos encontrábamos, a menudo terminábamos discutiendo, pero todos sin malas intenciones, y él siempre guardaba rencor. ¡En estos años, ha usado monstruos para dañar a muchas personas! Realmente, cuanto más lo pienso, más me enfadado. No puedo, necesito salir a caminar un rato para calmarme, si no, no puedo tragar esta rabia, me siento muy incómodo. —Justo cuando estaba a punto de llegar a la puerta, de repente recordó algo.

Después de detenerse, Fernando se giró hacia Ana: —Seguro que él también te ha asustado, ¿por qué no descansas en casa estos días y vuelves al trabajo después de un tiempo?

En este momento, estaba furioso por las perversiones de Edgardo, y no hablemos de Ana.

Ana todavía lucía seria: —Fernando, necesito tomarme unas vacaciones por un tiempo.