Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 142

—¿Tu casa está en la misma dirección que la de presidente García, cerca de la Urbanización Alonso? Entonces que presidente García lleve a Nuria de paso. — Salvador lo organizó directamente.

Ana parpadeó.

Ella sabía que Alejandro tenía muchas propiedades, y parece que la Urbanización Alonso está cerca del Grupo García.

Pero no está en ruta con donde viven ahora, en La Villa Estrella del Mar.

—No está en mi camino, vivo en La Villa Estrella del Mar.— Alejandro rechazó la idea sin vacilar, sin buscar excusas, de manera directa.

Salvador se quedó atónito.

La sonrisa de Nuria se volvió rígida.

Los demás actuaban como si no hubieran escuchado su conversación.

—Yo puedo ir en taxi. — Nuria apretaba fuertemente su bolso de edición limitada.

Salvador también se sintió un poco incómodo, —Yo te llevo a casa, tengo un apartamento en Urbanización Alonso, hoy me quedaré ahí.

—Gracias, señor Salvador. — Nuria aceptó.

Después de que Alejandro subiera al pequeño coche de Ana.

Todos se quedaron de nuevo atónitos.

—¿Ese coche, de qué marca es? ¿Un modelo limitado recién lanzado? — Guillermo frunció el ceño y preguntó.

¿Cómo es que no lo reconoce?

Nuria sabía qué marca era, ese coche había sido promocionado en su programa, —Es un coche de nueva energía producido nacionalmente.

¿Hasta qué punto habrán llegado él y Ana?

¿Producido nacionalmente?

—Debe ser el coche del secretario del presidente García. — Emilio intervino.

Había un brillo calculador en sus ojos, parecía que Ana, de origen humilde y aparentando inocencia sin desear adherirse a otros, estaba siendo mantenida por Alejandro.

A ver cuánto dura Alejandro interesado en ella, y si puede seguir siendo tan orgullosa después.

Estas chicas sin poder ni influencia son las más fáciles de controlar.

Salvador hizo un gesto de desdén, —Pensé que era otro modelo limitado de coche.

——

Ana, al ver que él la miraba, preguntó: —¿Qué pasa?

—Nada, vamos. — Alejandro bajó del coche.

La diferencia de altura entre ellos era notable, y bajo la luz de la luna, la figura de Alejandro cubría completamente a Ana.

Ana miró las sombras que se superponían en el suelo y parpadeó.

—Yo llevo el bolso. — Alejandro tomó el bolso de Ana.

El dinero que había ganado estaba todo en efectivo, en una bolsa de mano del club, lleno de millones en efectivo.

Era algo pesado.

Ese peso no era problema para Ana. Justo cuando ella iba a hablar, Alejandro ya había tomado la bolsa.

—Gracias.

Entraron a La Villa Estrella del Mar, todas las luces estaban encendidas porque no las habían apagado al salir.

Ya era la una y media de la madrugada.

Ana comenzaba a sentir sueño, ya que normalmente no se queda despierta más allá de las once.