Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1436

Si el beso en la calle con Verónica podía explicarse.

Pero este video, sin embargo, lo dejaba sin excusas.

En él, todas las acciones son iniciadas por él.

Al ver a Lucas completamente atónito, Haila le dice con una sonrisa burlona: —Qué decepción, no soy tan fácil de engañar.

Lucas se quedó sin palabras, solo pudiendo mirar mientras Haila se alejaba.

Siempre había tenido éxito en su camino, incluso si algunas jovencitas se resentían por haber sido engañadas por él, al final no se atrevían a hacer nada.

Esta situación solo había ocurrido una vez en varios años.

La mayoría de las chicas con las que estuvo realmente lo amaban y estaban dispuestas a darlo todo por él, incluso si terminaban, siempre pensaban que no eran lo suficientemente buenas para él.

Nunca nadie había reaccionado como Haila.

¿Quién habría tomado esas fotos?

Y esas fotos y videos, claramente fueron tomados desde un ángulo perfecto.

En una ciudad tan grande como la ciudad A, ¿cómo sería posible encontrarse tan fácilmente con conocidos?

Antes, incluso en un pueblo pequeño donde salía con varias chicas al mismo tiempo, nunca permitía que una descubriera a la otra.

Pensó que alguien debía estar siguiéndolo a propósito.

¿Quién podría ser?

¿Quién cerca de él estaría tan celoso?

Mientras no podía entenderlo, una llamada entró.

—Lucas, ¿qué está pasando contigo? ¿Sabes lo que has hecho? ¡Tu comportamiento personal ya está afectando a la universidad!

Lucas se sintió mareado.

—Le daré una explicación a la administración escolar.

Después de que Haila salió de la biblioteca, no regresó a su dormitorio. A decir verdad no quería enfrentarse a sus compañeras y amigas.

Realmente necesitaba un espacio tranquilo.

Por eso, salió del campus y tomó un taxi a casa.

En el camino, revisó los mensajes del grupo de chat de la clase.

Ya había muchas discusiones sobre Lucas.

Por supuesto, muchos también sentían indignación por ella, pensando que Lucas la había engañado demasiado cruelmente.

En ese momento, muchos compañeros de cursos superiores y otros estudiantes se preocuparon por ella, preguntándole cómo estaba, a lo que ella respondió uniformemente que estaba bien.

Mientras observaba las calles pasar rápidamente por la ventana del carro, llamó a Ignacio.

—¿Vas a venir a casa a cenar esta noche, hermano?