Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1475

Verónica se giró de inmediato y caminó directo hacia Lucas, abrazándolo con intensidad.

—Lucas, ¡cásate conmigo! ¿Podemos ir a obtener nuestra licencia de matrimonio, si quieres mañana mismo? Quiero tener un hogar en la ciudad A.

En ese preciso momento, realmente deseaba tener a alguien en quien confiar.

También deseaba casarse y tener su propio hogar.

¿Por qué Alejandro podía simplemente decidir casarse con Ana? ¡Por qué! Si no fuera por Ana, ella y Alejandro quizás ya estarían casados, tal vez ya tendrían hijos y estarían viviendo una vida extremadamente feliz, rodeados de amigos que los envidiarían.

Al oír esto, Lucas se tensó un poco, y su sonrisa casi se desvaneció de forma abrupta: —¿Casarnos?

—Sí, casarnos. Siempre dices que me amas, ¿no es así? Que quieres cuidarme toda la vida, te creo. Lucas, eres la única persona en quien puedo confiar ahora, solo en tí. —Verónica lo abrazaba con firmeza, temiendo que Lucas pudiera dejarla.

No sabía si era su imaginación, pero sentía que Lucas no la cuidaba tanto como al principio.

En su interior, Lucas aterrorizado no pudo evitar rodar los ojos varias veces. ¿Casarse con ella?

¿Creía que él disfrutaba con devoción haciéndose cargo de las mujeres de otros?

Que otros no la quisieran, y ahora ella esperaba que él sí lo hiciera.

Sin embargo, cambió de repente su discurso: —Te amo, pero nunca pensé siquiera que en estas circunstancias dirías que te casaras conmigo. Sé muy bien que todavía tienes a ese hombre en tu corazón y, que solo lo amas a él. Solo porque él se casó, es por eso que estás triste y has tomado esta decisión. No puedo aceptarte, sé muy bien que si nos casamos, te arrepentirás. Prefiero seguir acompañándote como ahora, y estaré contigo durante este tiempo tan triste.

Verónica no pudo dejar de llorar sin pensar mucho en las palabras de Lucas.

—¿Y si... realmente me he enamorado de ti, de verdad quiero casarme contigo? —Preguntó ella.

Ella anhelaba desesperada que alguien realmente la tuviera en cuenta.

Que la colocara en primer lugar.

Un lugar donde nadie más pudiera compararse.

Luego, Valentina le dijo: —Parece que voy a estar en el ojo público por un buen rato, un montón de periodistas esperan ansiosos entrevistarme, incluso varios programas de entretenimiento me buscaban. La oferta era bastante tentadora, incluso más alta que antes, Fátima y yo lo discutimos, y parece que podríamos esperar un año o más antes de retirarnos del espectáculo, aprovechando para ganar una cuantiosa suma.

Lourdes, que estaba a punto de casarse, dijo: —¡Ana, estoy tan feliz por ti, eso significa que en unos cuantos días, en mi boda, tú y Alejandro podrán asistir juntos!

Beatriz expresó: —Estoy feliz por ti, se nota que Alejandro realmente te valora demasiado.

Ana respondió a todos y finalmente llamó a Beatriz.

—¿Cuándo regresas? —Preguntó.

Hace unos días, Beatriz y Mauricio viajaron al país de Piedraplata, donde se encontraban para conocer a los padres, ya que Mauricio quería pronto comprometerse.

Beatriz respondió: —No estoy segura, no me he quedado en casa del señor Mauricio, he estado en un hotel estos días.

Ana estaba en ese momento a punto de servirse un vaso de agua, pero se detuvo asombrada al escuchar la respuesta de Beatriz: —¿Por qué estás en un hotel?