Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1484

Ignacio le entregó un amuleto a Haila: —Esto te lo envía Ana, para protegerte de las maldades.

Al observar el amuleto, Haila se mostró sorprendida y luego comprendió la situación: —¿Será que estos días he estado tan confundida y descontrolada, reconciliándome con Lucas, porque él porta algo maligno? ¿Ana notó esto cuando nos vio juntos en el restaurante hace unos días y se dio cuenta de que estaba bajo la influencia de ese mal, verdad?

Ignacio entonces le detalló toda la situación.

Los ojos de Haila se agrandaron cada vez más: —¡Lucas es desagradable, usando algo tan bajando para perjudicarme! No es de extrañar que haya escuchado dos voces en mi cabeza estos últimos días: una instándome a calmarme y alejarme de Lucas, y la otra empujándome a seguir mi corazón y no perderlo. A veces, en realidad no tengo control alguno, como si estuviera hechizada, amando a Lucas, pero cuando estoy sola, siento que no debería ser así.

¡Él es odioso!

Ella estaba realmente atemorizada una vez más por el atrevimiento de Lucas.

Cambió de inmediato su pensamiento sobre la naturaleza humana.

Una persona, para alcanzar sus objetivos, puede recurrir a cualquier medio, sin ningún tipo de escrúpulos, manipulando sus emociones con algo maligno. ¡Es demasiado bajo y despreciable! ¡Él es un ser malévolo!

Ignacio, con una mirada profunda, afirmó: —Afortunadamente lo descubrimos a tiempo, y ese desgraciado no podrá hacerte más daño.

—¡Si se atreve a buscarme otra vez, estoy decidida a enfrentarlo! —Haila estaba muy enfadada, pensando que si no hubiera tenido la suerte de encontrarse con Ana ese día, ahora de seguro estaría siendo engañada por Lucas.

El solo pensar en tener relaciones sexuales con ese desgraciado le causaba mucho asco.

Esa sensación era demasiado insoportable.

Aunque no llegaron a tener relaciones sexuales, sí se besaron, y ella deseaba poder lavarse los dientes, limpiar todo y dejar todo en excelentes condiciones, para no tener que recordar a Lucas cada vez que veía su propia boca.

Ignacio, viendo a su hermana tan disgustada y pensando en Lucas, que ahora enfrentaba una situación complicada, comentó con un tono indiferente: —A él le gustan las situaciones peligrosas, y no tardará en pagar por todo lo que ha hecho.

—Ahora comprendo que él es capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quiere, no ve moral ni límites en su actuar. Hermano, esta vez Ana me ha ayudado, y después no tendré miedo a este tipo de maldades que me han afectado. —Haila se sintió que se enloquecía al recordar su ingenuidad anterior.

¿Cómo fue que se fijó en Lucas al principio?

¿Solo porque Lucas tenía un rostro que podía engañar a cualquiera?

Haila se levantó: —Hermano, contesta la llamada. Yo mejor regreso a la universidad, por muy malo que sea ese desgraciado, no debe interrumpir mi preparación para el posgrado.

Ignacio sorprendido contestó la llamada: —No hace falta que me lo devuelvas, tíralo.

Haila, que no se había alejado demasiado, escuchó esta frase y parpadeó.

¿Tirar qué?

¿No será otro problema sentimental de Ignacio?

En estos últimos años, no ha habido muchas mujeres alrededor de Ignacio.

¿Podría ser que ahora haya otra mujer?

El tono de su voz parecía ser extraño, no como el que usaba antes con aquellas mujeres que se le acercaban por interés económico.