Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1538

Los otros tres no le prestaron atención alguna.

Desde niños, todos habían amado las costillas, y ese día estaban excepcionalmente deliciosas.

Javier, que ya sentía demasiada hambre, aprovechó la ocasión para devorar dos piezas más.

Manuel miró furioso y, tras lanzarle una mirada a Javier, atendió la llamada:

—¿La compañía quiere terminar con mi contrato? Está bien, acepta por mí, puedo aprovechar para descansar unos días. Si quieren rescindir el contrato, también estoy de acuerdo. —Dijo Manuel con total despreocupación.

Era un despreocupado y no le importaba ni en lo más mínimo.

Los enredos noticiosos eran irrelevantes en aquel momento, y pronto todos conocerían todo el curso de los eventos y verían la verdadera cara de las personas que estaban causando estos problemas.

El agente afirmó: —La compañía ha decidido darte unos días libres. Otros no saben qué tipo de persona eres, pero yo y la compañía sí lo sabemos muy bien, estamos claros en que esto debe ser una estrategia publicitaria de la otra parte. Sin embargo, necesito saber si ese hombre es realmente tu padre o no.

Manuel no lo negó: —Por lazos de sangre, sí, pero nos abandonó hace más de veinte años y apenas me crió. ¿Dirías que es mi papá?

—Entiendo, estoy tratando de gestionar la situación de relaciones públicas de la mejor manera. Hoy participaste en un programa de entretenimiento y las preguntas del público se transmitieron en vivo, lo que complica un poco las cosas, pero encontraré una solución a todo este embrollo. —El agente seguía siendo muy responsable.

Manuel respondió: —No necesitas manejar las relaciones públicas, no te preocupes por eso, ni la compañía debería intervenir. Pronto habrá un resultado favorable a todo esto, solo espera con paciencia.

El agente dudó: —¿Estás... estás comiendo algo?

—Justo estoy cenando, si no hay nada más, vamos a colgar. Necesito terminar de comer. —Manuel estaba muy ansioso por seguir comiendo, si no se apuraba, no quedaría ni una costilla, y los otros platos también estaban pronto por acabarse.

El agente comentó: —... ¿Cómo puede seguir comiendo tan tranquilo con todo lo que está pasando? ¿La capacidad de Manuel para resistir golpes era demasiado fuerte? Si fuera otro artista, ya estaría extremadamente ansioso y en un pánico total. ¡No había logrado probar bocado ni en el almuerzo ni en la cena!

Resulta que la persona menos preocupada era él mismo.