Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1555

Además, se decía que su esposa era una mujer impresionante; había visto una serie de fotos de ellos dos asistiendo a algunos eventos, donde ella aparecía extremadamente bella y con una presencia distinguida.

Entonces, ¿podría Alejandro interesarse en ella?

Se rumoraba que gran cantidad de mujeres habían intentado seducir a Alejandro, incluso buscando solo una aventura de una noche, y que muchas lo habían intentado en varias ocasiones.

Pero nunca se había sabido de alguna que tuviera éxito con él.

Ella también entendía por qué el presidente Enrique la había escogido para esta difícil tarea: la empresa de su padre estaba al borde de la bancarrota, debiendo una gran cantidad de dinero al presidente Enrique. Si ella no seguía al pie de la letra sus instrucciones, su familia estaría arruinada. No podía soportar ver a sus padres tristes y desesperados, y su hermano también se había divorciado debido a los problemas continuos en casa; de la noche a la mañana, sus padres habían envejecido de una forma notable.

Sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, pero...

No tenía otra opción.

—¿Y si él simplemente no me mira, ni le gusto? ¿Podría terminar esto? —preguntó impaciente Victoria.

El presidente Enrique sonrió de forma significativa: —Todavía eres joven y no entiendes a los hombres, ven conmigo, y no olvides tu rol hoy, eres mi asistente.

Victoria respiró hondo y apretó con fuerza las manos: —Está bien, lo entiendo.

Cuando de repente se abrió la puerta del salón privado, ella siguió al presidente Enrique y, desde el rabillo del ojo, vio a Alejandro de inmediato.

Las personas curiosas a su alrededor lo miraban, esperando que él hablara.

Se notaba claramente que él estaba en la cima de la pirámide, mirando imponente a todos desde lo alto, con una presencia venerada.

Una mirada suya pasó por encima de ella, y su corazón de repente se detuvo.

—Disculpa presidente Alejandro, hubo un implacable tráfico en el camino, me castigaré a mí mismo primero. —dijo el presidente Enrique al sentarse en la mesa, nervioso tomó una copa de vino y bebió un gran sorbo con sinceridad.

La gente alrededor comenzó a bromear.

—Uyyy… una copa no es suficiente, ¡deberían ser tres! ¿Cómo es que había tráfico a esta hora?