Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1593

Victoria habló con rapidez, temerosa de que Alejandro perdiera la paciencia en algún momento si hablaba más despacio.

Sabía a la perfección lo increíble que sonaba todo eso, y que alguien como Alejandro difícilmente creería algo semejante.

Después de todo esto...

Sonaba demasiado absurdo, como sacado de una novela sobre reencarnaciones o cuentos fantásticos.

El conductor la observó desconcertado.

¿Acaso esta chica tenía algún problema mental?

Antes no lo había notado, pero ahora, observándola más despacio, se dio cuenta de que tenía cierto parecido con la señora Ana. ¿Acaso pretendía aprovechar ese parecido para sembrar discordia entre el presidente Alejandro y su esposa, buscando de esa manera sacar algún beneficio personal?

¿No era esa una táctica demasiado evidente y un poco absurda?

Pero, entonces, ¿por qué el presidente Alejandro seguía en completo silencio?

Victoria lloró desconsolada, como si todo el mundo la hubiese lastimado profundamente: ―Al principio no quería molestarlo, pero justo esta mañana recuperé los recuerdos de mi vida anterior. Por lo tanto, quien realmente me arrebató la vida que debí tener fue su esposa Ana.

Nunca había podido entender por qué Alejandro siempre la ignoraba.

En algunas ocasiones sentía en su interior que Alejandro debería amarla solo a ella, aunque él se encontraba en una posición tan elevada que parecía imposible que se relacionara con alguien tan insignificante como ella.

Sin embargo...

Muy dentro de su corazón, una voz insistía en que ella siempre debió ser la única en la vida de Alejandro.

Había sufrido demasiado todo este tiempo y ella era alguien inocente y puro.

Nunca imaginó que Ana le robaría todo hasta su propia vida.

Si Ana no hubiera renacido años atrás, tomando la iniciativa de vengarse y casándose con Alejandro, él ya habría solucionado todos sus problemas actuales.

Para ella, Alejandro era el héroe que la había rescatado en un momento de una situación desesperada.

En su corazón nadie podía compararse con él.

En sus vagos recuerdos de la vida anterior, ni siquiera deseaba estar con Alejandro, sintiendo que la verdad ella no era digna de él. Sin embargo, él la había escogido desde el primer instante que la vio, obligándola de esa manera a permanecer a su lado sin opción alguna.

Alejandro fijó una mirada profunda en Victoria y habló pausado: ― ¿Sabes lo que les ha sucedido a quienes han intentado engañarme?

El corazón de Victoria tembló con violencia.

Tuvo tanto miedo que ni siquiera se atrevió a sostenerle la mirada.

Pero siempre había una pequeñita voz en su interior que le decía que, en el fondo de su corazón, Alejandro se había enamorado de ella a primera vista y que siempre la amaría. Nunca la heriría, y que la razón por la cual ahora se mostraba de esa forma tan indiferente con ella era solo por culpa de Ana.

Antes pensaba que Ana era en realidad afortunada, pues logró casarse con Alejandro y, además, tener una carrera tan exitosa.

Pero desde que recuperó los recuerdos de su vida anterior, comprendió que la suerte de Ana era demasiado sospechosa, para ser real.

Para alcanzar sus metas, Ana primero modificó el destino matrimonial de Alejandro y luego aprovechó su gran influencia para impulsar su propia carrera.

¡ Ana era una vieja maquiavélica! ¡Demasiado egoísta!

Ya no pudo contener la tristeza y la profunda frustración que sentía: ―¿Por qué no me has creído? ¡Cada palabra que te he dicho es cierta! Si estoy mintiendo, merezco morir de la peor manera posible. ¡Que mi castigo sea convertirme en un simple juguete del presidente Enrique!