Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1610

Norma quedó atónita al oír esto: —¿El programa se canceló? ¡Pero si ya hemos firmado el contrato! ¿Cómo pudiste decir que no hay programa de repente?

Ella estaba contando con ese dinero.

El programa de entretenimiento pagaba muy bien.

El responsable, furioso con Norma, exclamó: —¿Pues qué importa que se haya firmado un contrato? ¿No leíste las cláusulas? Además, la cancelación del programa fue por tus tontas mentiras. ¡Deberíamos demandarte! Ya teníamos a otras celebridades confirmadas, y solo por tu culpa el programa no pudo continuar.

Norma, con los ojos bien abiertos, furiosa replicó: —¡Eso no tiene nada que ver conmigo! Todo lo que dije es verdad, soy la hermana de Manuel. ¿No recuerdan acaso los reportajes de hace unos años? Mis padres dieron una conferencia de prensa para pedirle ayuda a Manuel y él fue reconocido en ese momento. En cuanto a la relación legal de parentesco, ¿quién se molestaría en obtener ese certificado sin necesidad? Ustedes fueron quienes no aclararon las cosas de antemano. Por este programa de entretenimiento, rechacé muchos trabajos. Si hablamos de indemnización, ustedes son los que deberían indemnizarme a mí.

—¡Semejante descaro! Conozco esa entrevista, tus padres ya eran bastante descarados, ¡y tú no te quedaste atrás! Si hubiéramos sabido que eras su hija, ¡nunca te habríamos invitado al programa! ¡Qué mala suerte! ¿Y aún te atreviste a pedir una compensación al equipo del programa? ¿Acaso no quieres seguir viviendo en la ciudad A? —El responsable estaba a punto de enloquecer por el descaro tan grande de Norma.

Si fuera otro artista, ya estaría pidiendo disculpas de todas las maneras posibles.

Temerían ofender al equipo del programa, lo que podría dañar su reputación en el mundo del espectáculo y complicar su carrera en el futuro.

Una persona que solo buscaba atención a través de programas de entretenimiento, ¿cómo podía ser tan audaz y desvergonzada?

Además, acababan de recibir un chisme explosivo sobre la familia de Norma justo antes de la conversación.

Las acciones de dicha familia eran cada una más sobrepasadas que la anterior.

Si no hubieran contactado a Manuel y hubieran dejado que Norma participara en el programa, exponiendo a Manuel de todas formas posibles, ¡se podría imaginar las consecuencias que esto acarrearía! Probablemente recibirían todo tipo de cartas de abogados.

¡Ni hablar de organizar otro programa después desemejante incidente!

Los comentarios de los internautas por sí solos podrían volverlos locos.

Norma, por su parte, no entendía las implicaciones de todo este embrollo, solo sabía que no recibiría dinero: —¿Cómo te atreviste a culparme? ¿Crees que no puedo hacer que un periodista exponga cómo su equipo de producción me ha maltratado?

—¡Estás loca! —Respondió el encargado antes de colgar de forma abrupta.

—No fueron los fotógrafos, ellos no se atreverían a molestarme abiertamente. Es el programa de entretenimiento del que te hablé antes, decidieron no continuar con él y perdí la valiosa oportunidad de ganar dinero. Armando, mira cómo hemos trabajado tan duro todos los días para ganar dinero, y aún así ganamos tan poco que ni siquiera podemos darnos el lujo de comer en un prestigioso restaurante de en la ciudad A, vivimos una vida difícil. Pero hay gente que vive en grandes mansiones, cuyos gastos diarios podrían ser más de lo que ganaremos en toda nuestra vida. ¿Eso te da envidia?

Armando escuchó las palabras de Norma le contesto: —¿Acaso no es obvio? No digas que estoy celoso, cualquiera estaría celoso. Todos somos humanos, ¿por qué algunos han tenido que estar por encima y nosotros por debajo? Tú al menos vienes de una familia acomodada y has visto cosas buenas, pero yo no. ¡Por eso estoy más celoso que tú!

Norma lo confirmó y le repitió: —¡Exactamente porque he visto esas cosas es por lo que me siento tan indignada! Sabes, si no fuera porque alguien de forma deliberada interfirió, ya habría vuelto a casa. Mis hermanos son tan ricos y aún así he tenido que tomarme estas fotos absurdas para mantenerme.

—¡Definitivamente la has tenido peor que yo!

—Entonces, ¿quieres vivir una vida diferente? Nada es imposible con suficiente coraje.

Armando de inmediato se iluminó, entrecerrando los ojos: —¿Tienes acaso un plan?

—Si estás dispuesto a escucharme, juntos seguro que podremos tener una buena vida. —Dijo Norma, con una mirada llena de cálculo y locura total.