Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1613

Hasta que Judith subió al auto y éste se alejó una distancia prudente, los dos miraron hacia el vehículo detenido en el cruce.

Sus acciones revelaban con claridad por qué actuaban de manera tan sigilosa.

Temían ser vistos por Judith.

—¿No era esa tu cuñada? ¿Acaso están siguiendo a Judith? —Preguntó Beatriz con su aguda percepción, notando de inmediato la crítica situación.

Ana hizo mala cara, algo preocupada: —Parece que sí, voy a hacer una llamada.

El teléfono sonó solo unos cuantos segundos antes de ser contestado.

—Hermano, acabo de ver a Judith, estaba en una tienda para madres y bebés.

Francisco tranquilo respondió: —Sí, esta mañana me dijo que iba a preparar cosas para el parto y demás.

—Después vi a Norma y a un hombre siguiendo a Judith de forma sospechosa. Creo que deberías estar más alerta, sería mejor que Judith no saliera del complejo por un tiempo. Si necesita algo, que lo compren los empleados de la casa. No confío en esa Norma, ella es capaz de cualquier cosa para conseguir lo que quiere, y ahora que Judith está embarazada, no podemos arriesgarnos. —le advirtió Ana seriamente.

Francisco guardó silencio por un momento, luego respondió con gravedad: —Está bien, me ocuparé de todo eso. Tú también ten cuidado.

Después de colgar, Ana todavía parecía estar preocupada.

Beatriz, algo inquieta, le preguntó: —¿Estás bien? ¿Te preocupa que Norma pueda hacer algo malo?

Mientras hablaba, observaba atenta a Norma a través de la ventana.

Norma y el hombre empezaron a besarse de forma apasionada en plena calle.

Era un beso ardiente.

—Siempre se sobrepasaba. Varias veces nos pidió dinero y siempre lo rechazamos. Hace poco quería que Manuel la acompañara en un programa de entretenimiento, pero Manuel rechazó al equipo del programa y eso hizo que se cancelara. Sin el programa, no consiguió dinero y podría llegar actuar de forma irracional. Era una niña mimada que siempre había sido egoísta y egocéntrica. —Dijo Ana algo enojada.

Desde la ventana, las dos personas se besaban sin importar a los demás.

No se habían dado cuenta de que Ana había visto todo.

Beatriz estuvo de acuerdo: —Este tipo de personas pueden hacer cualquier tipo de cosas sin pensar en las consecuencias, sería mejor que Judith tenga cuidado.

—Francisco amaba mucho a Judith, seguro él sabría cómo manejar la situación. —Contestó Ana.

Habían salido al mediodía y habían jugado toda la tarde.

Hacía media hora, le había enviado un mensaje por WhatsApp diciendo que ya habían terminado de jugar y estaban listos para volver a casa.

Alejandro respondió: —Todavía no, también estoy atrapado en el tráfico.

—Jajaja, entonces veamos quién de los dos llega a casa primero.

Ambos debían estar en algún lugar del centro de la ciudad, y ahora, las calles estaban abarrotadas de autos, con varias carreteras cercanas que casi siempre estaban congestionadas.

—¿Hay castigo si pierdo? —De repente Alejandro bajó la voz, con un tono de susurro que solo ellos dos podrían entender.

Los ojos de Ana brillaron y se sonrojó levemente: —De acuerdo, acepto la apuesta.

Luego, escuchó a Alejandro decirle al conductor: —Toma rápido otra ruta que no esté tan congestionada.

Después, le dijo: —Prepárate para esta noche.