Resumo de Capítulo 1619 – Capítulo essencial de Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate por Internet
O capítulo Capítulo 1619 é um dos momentos mais intensos da obra Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Segunda oportunidad, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
Mientras tanto, Armando se acercó también, bloqueando el paso de Judith hacia su auto, impidiéndole subir.
Judith, pálida, miró con frialdad a Norma y dijo: —Francisco no te reconoce como su hermana, ni mucho menos eres hija de mi suegra, así que no soy tu cuñada ni nada que se le parezca. No me llames así por favor. ¡Y más bien hazte a un lado!
—Judith, somos mujeres, ¿necesitas ser tan fría e insensible conmigo? —La sonrisa en el rostro de Norma casi desaparecía.
Armando sonrió y dijo: —¡Norma, tu cuñada es interesante! A pesar de estar embarazada y estar barrigona, sigue siendo muy linda. Dime, si la llevamos a hacer algunas fotos, ¿crees que tu hermano que es tan tacaño finalmente abriría su billetera al verla? Hablas de un jurgo de billetes, ¿lo haría?
—Si fuera solo por Judith, seguro no le daría el dinero, pero ¿ llevaba ella otro niño en su vientre? —Norma entrecerró los ojos y soltó una risa sarcástica.
También es verdad, deberíamos permitir que Judith experimentara lo que en realidad se siente estar rodeada por muchas cámaras.
Vamos a ver cómo sigue siendo tan arrogante después de todo esto.
Al escuchar esto, Judith, palideció, sacó su celular de forma discreta y marcó un número de emergencia.
Había preconfigurado el número de emergencia, nunca pensó que lo necesitaría en ese momento.
Al mismo tiempo, gritó desesperada hacia el empleado que estaba frente a la panadería: —¡Ayúdenme, quieren secuestrarme!
Era la hora del almuerzo y había varias personas cerca del lugar.
Al oír las palabras de Judith, todos volvieron la mirada hacia ella. Hmm.
Algunas personas comenzaron a acercarse.
Para Norma y Armando, que era su primer intento de secuestro, nunca esperaron que Judith realmente gritara desesperada pidiendo ayuda.
—No escuchen sus tonterías, soy su esposo, ella está embarazada y está de mal humor porque no la he consolado de manera adecuada. —Dijo Armando, pensando con agilidad.
Norma abrió la puerta del auto y empujó a Judith hacia adentro: —Soy su hermana, y mi cuñado tiene razón, mi hermana ha estado un poco alterada emocionalmente desde que quedó embarazada. ¡Solo necesitamos calmarla un poco y todo estará bien!
Judith escuchó sus palabras y no dijo nada más.
Las expresiones de todos mostraban que creían lo que ellos decían.
Poco a poco se tranquilizó, y después de que Norma la empujara al auto, subió.
—Quítele el celular, no le des la oportunidad de llamar a la policía. —Dijo apresurado Armando.
Norma como loca comenzó a buscar en la bolsa de Judith.
Cuando encontró el teléfono, se quedó paralizada.
Mirando el brillante número de emergencia en la pantalla, su mano temblaba sin cesar, sintiendo que el teléfono se había vuelto increíblemente pesado de repente.
Judith impasible le dijo: —Todo lo que hemos hablado ya lo escuchó la policía. Mi teléfono y mi auto tienen sistema de localización, no importa a dónde me lleven, la policía y mi esposo podrán encontrarnos con facilidad. Si se atreven a hacerme algún daño, les aseguro que no podrán escapar.
—¿Qué está diciendo la maldita? —Armando, asustado, pisó el freno de golpe.
Norma palideció: —Ella... ¡Ella llamó a la policía sin que nos diéramos cuenta! Al parece que la policía escuchó todo lo que dijimos.
Justo en ese momento.
De repente, un auto se detuvo frente a ellos, bloqueando de inmediato su camino.
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