Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1635

Ella inhaló profundo y dejó a un lado sus pensamientos.

Se dirigió a la cocina para preparar un arroz caldoso para Alejandro y calentó algunos panes que había elaborado con anterioridad y guardado en el congelador.

Sin darse cuenta, el tiempo pasó y la oscuridad ya había envuelto por completo el exterior.

No había luz de la luna ni estrellas esa noche, solo algunas luces de la calle.

Echó un vistazo rápido y retiró enseguida la mirada.

Sintió que alguien estaba parado en la puerta de la cocina y miró de inmediato hacia allá.

Sus ojos se encontraron con los profundos y oscuros ojos de Alejandro.

—¿Cómo te sientes ahora? —Preguntó ella acercándose.

Alejandro abrazó desesperado a Ana y bajó la cabeza para besarla.

El beso fue urgente y apasionado.

Como si quisiera asegurarse de que la persona frente a él era real, y no era un sueño...

—Mi mente estaba inundada de diferentes recuerdos diferentes, apareció una persona llamada Susana, quien me conoció hace algunos años y lo que siguió era casi idéntico a lo que dijo Victoria.

Explicó Alejandro media hora después, mientras terminaban de comer el arroz caldoso y se sentían cálidos y reconfortados.

—¿Susana? —Ana encontró el nombre algo extraño.

Alejandro había mencionado ese nombre cuando estaba confundido, lo que indicaba que nuevos recuerdos de esa persona estaban emergiendo en su mente.

Esta persona aún no había aparecido frente a ellos.

Un ente malvado no haría que los recuerdos de alguien surgieran sin razón aparente, esto indicaba que probablemente Susana aparecería pronto.

—No la conozco. —Dijo Alejandro con voz grave.

En el momento en que despertó, tuvo un breve instante de confusión, pero pronto recuperó por completo la claridad.

...

Victoria había estado esperando con ansias desde que llegó a casa por la noche.

Esperó hasta que oscureció.

Siguió esperando hasta el amanecer.

Y no durmió en todo ese tiempo.

Pero cuando esperó desde el amanecer hasta otro atardecer, ya no pudo seguir esperando.

—Alejandro no ha venido a buscarme, él sabe mi número de teléfono y tampoco me ha llamado. ¿Habrá pasado algo? ¿No se suponía que recuperaría pronto los recuerdos de su vida pasada? ¿Por qué no ha venido a buscarme? —Se preguntaba con insistencia.

Pero la mujer al otro lado de la línea seguía serena: —Después de todo, él era Alejandro, con una voluntad muy fuerte. Convencerlo de que había renacido definitivamente no se lograba en una sola noche. Esto lo había estado esperando tantos días, ¿qué importaban uno o dos más?

—No era que estuviese ansiosa, era que... Enrique me había buscado de nuevo. Dijo que después de tantos días sin avances, creyó que lo he estado engañando una y otra vez. Me ha dado un ultimátum para que lo vea mañana... no tengo más tiempo. ¿Y si voy a buscarlo? Después de verme, podría estar más seguro de que los recuerdos de su vida pasada en realidad existieron... —La voz de Victoria se tornaba cada vez más ansiosa.