Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1694

Denisse fingió estar asustada y tembló ligeramente. —Yo... yo conduje aquí, volveré conduciendo yo misma, no me subiré a este auto.

El hecho de que no quisiera subirse significaba que había usado ese auto antes.

Ignacio solía recogerla en este auto, que a los ojos de muchos se había convertido en un símbolo de Ignacio en los últimos años.

Ignacio amaba conducir ese auto.

Así que ella realmente quería saber qué haría Haila. Aunque era la hermana de Ignacio, debía haber un límite en su comportamiento.

Si seguía sin ceder, Ignacio definitivamente se molestaría y el incidente terminaría siendo desagradable, arruinando la relación entre hermanos.

Sin embargo, si realmente se distanciaban, sería mejor; de lo contrario, ella se convertiría en un obstáculo entre Ignacio y ella.

Haila lo comprendió al instante, miró a Ignacio con una sonrisa fría y dijo: —¡Ignacio, este auto me lo quedo yo!

Luego le ordenó al conductor que ya estaba en el auto: —Arnoldo, conduce otro de los autos de Ignacio.

El conductor Arnoldo se quedó desconcertado, miró a Ignacio y luego bajó del auto.

Denisse, confundida, miró hacia atrás a Ignacio, cuidadosa, como si hubiera hecho algo malo. —Ignacio, yo...

En ese momento, sin esperar ninguna reacción de Ignacio, Haila saltó al auto.

Saltó con fuerza dentro del auto.

Inmediatamente, el sonido estridente del claxon comenzó a sonar.

Ni siquiera un auto costoso podía soportar tal maltrato.

Además de saltar, Haila usó un cuchillo afilado para rayarlo.

Era un cuchillo que siempre llevaba consigo para protegerse, y ahora lo estaba utilizando con otro propósito.

Ignacio observaba con una expresión sombría mientras Haila desahogaba sus emociones.

Denisse estaba completamente asombrada; nunca esperó que Haila actuara con tanta locura. Pensó que solo evitaría que Ignacio condujera, pero no que destruiría el auto.

Ese auto... en la ciudad A, no se veían muchos como ese.

¿Estaba Haila loca? Después de hacer un escándalo, y ahora esto, Denisse de repente sintió que, en el futuro, definitivamente podría ganarle a Haila y eventualmente lograr que su plan tuviera éxito.

Eso haría que los dos se convirtieran completamente en enemigos.

Entonces no tendría que preocuparse por las reacciones de Haila.

—Ignacio, lo siento, mi presencia ha causado discordia entre tú y tu hermana, lo siento, no esperaba que ella reaccionara tan fuertemente y que no me quisiera tanto —dijo Denisse mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que comenzaban a caer lastimosamente.

El conductor Arnoldo torció la boca sin decir nada, ¿acaso la señorita Denisse no tenía mucha inteligencia?

¿No había visto lo que acababa de pasar?

—Arnoldo, llévala —ordenó Ignacio con voz grave.

Arnoldo respondió de inmediato. —Sí, señor.

Denisse se quedó paralizada; después de todo el alboroto que había hecho Haila, casi como una locura repentina, ¿y aun así Ignacio podía soportarlo?