Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1700

Teresa sabía que Ignacio encontraría la forma de hallarla algún día.

Pero no esperaba que fuera tan pronto.

Aun así, no se sorprendió.

Aunque había guardado la esperanza de que Ignacio no descubriera su ubicación, si lo hacía, no importaba mucho.

—¿Qué necesitas de mí? —preguntó ella.

Ignacio frunció el ceño. —¿Así que te vas? ¿No pensaste en hablar conmigo?

Habían estado juntos tanto tiempo, se conocían desde hacía años, y ella siempre había sido tan amable con él, nunca antes había mostrado un semblante tan indiferente.

Su voz carecía de cualquier emoción.

—Ya no hay nada de qué hablar entre nosotros, todo lo que tenía que decirte está en esa carta, terminemos esto pacíficamente —dijo Teresa.

Después de tantos años, ella realmente entendía a Ignacio.

Sabía cómo era él en asuntos del corazón. Cuando había comenzado a buscar a Denisse, eso demostraba que Teresa ya no tenía un lugar importante en su corazón, e incluso que era innecesario que lo tuviera.

Él también se había cansado de su presencia.

Después de todo este tiempo, ella había logrado aclarar completamente su relación con Ignacio.

—¿Es por Denisse? —Ignacio arrugó aún más el ceño.

En ese momento, Ignacio tampoco estaba seguro de lo que sentía respecto a su relación con Teresa.

Si se trataba de amor, parecía que no era tan intenso, de otro modo no habría buscado a Denisse. Nunca había sentido por Teresa lo que inicialmente había sentido por Ana, probablemente porque sabía que nunca estaría con Ana en esta vida.

Pero con Teresa, todo había sido justo lo adecuado, sin demasiadas emociones apasionadas, ni experiencias inalcanzables, por lo tanto, parecía más tranquilo.

Solo resignación y persuasión.

Ignacio de repente apretó el teléfono. —Pensé que no te importaría.

En esos dos años, su relación se había enfriado, la pasión se había esfumado, lo que quedaba parecía solo una obligación. Ella no necesitaba su compañía, y era indiferente a los rumores sobre él; nunca lo había cuestionado.

Incluso pensaba que, mientras él regresara a su lado, ella siempre estaría esperándolo.

Era un entendimiento tácito.

Ella ocupaba un lugar diferente en su corazón, además, era considerada familia por Hailita.

Al escuchar a Ignacio defenderse con la idea de que ella no se preocuparía, Teresa, por muy serena que intentara ser, no pudo contenerse.

—No, sí me importa. Nunca he sido tan magnánima, y ahora que soy mayor, lo que más deseo es un matrimonio, y un compañero que sea leal tanto en cuerpo como en mente. En cualquier aspecto que lo consideres, solo fuiste un transeúnte en mi vida.