Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1701

Ignacio se enojó con tan solo escuchar las palabras: —¿Ya lo has pensado bien? Solo te haré esta llamada.

Él podía tolerar los pequeños caprichos de Teresa.

Sin embargo, no estaba dispuesto a consentirla en exceso, ni mucho menos a cambiar las reglas del juego porque ella se le daba la gana de que así fuera.

—Ignacio, te agradezco mucho por cuidarme todos estos años. Pero te pido por favor que no le digas a Haila nada sobre mí, finjamos más bien que por el bien de los dos, que nosotros nunca nos conocimos. Más ten por seguro que yo te sigo deseando lo mejor del mundo, si no hubiese sido por tu ayuda en aquel entonces, mi vida no hubiese cambiado en la buena dirección en la cual cambio. Pero a partir de ahora, es mejor que cada quien siga su camino. —Dijo Teresa con una sonrisa.

Aunque la llamada telefónica impedía ver lo que sus caras reflejaban ella eligió sonreír al decirlo.

Ellos seguirían adelante.

Ignacio guardó silencio unos segundos antes de colgar.

Después de colgar, Teresa bloqueó el número de Ignacio.

Sabía que, dado el carácter de Ignacio, él no volvería a llamarla ni a buscarla.

Ella bajó la vista hacia su vientre ligeramente abultado, con ternura.

...

Ignacio permaneció sentado en su estudio pensativo durante mucho tiempo.

Se quedó pensando hasta entrada la medianoche.

Casi no había nadie en casa, Haila no había regresado hoy, y raramente lo hacía.

Solo estaban los sirvientes.

A las dos de la madrugada, Ignacio llamó a Denisse.

Denisse había estado esperando ansiosa la llamada de Ignacio esos días, y al recibir su llamada, casi saltó de emoción: —¡Por fin me buscaste, Ignacio! No sabes cuánto temí estos días, ¡temí que ya no me quisieras!

—Fui a cenar y a un bar con unos colegas. —Explicó Haila con un gesto de la mano. —Sé que estás ansioso por ver a Denisse, no te preocupes por mí, vete.

Ella ya lo había aceptado, en la vida de Ignacio ahora estaba Denisse, y en el futuro podría ser quizás otra mujer, pero definitivamente no sería Teresa.

Ignacio observó a Haila, evidentemente ebria, entrar a la casa. Al final, decidió no salir y en cambio entró a la casa con Haila.

...

Ana acababa de llegar al trabajo y aún no había comenzado su jornada cuando de repente recibió una llamada de Gisela.

—Me he divorciado, señora Ana.

Ana levantó la vista: —¿Ya se divorciaron? ¿Todavía están en el registro civil? Voy a enviarles una foto para que tu marido la vea primero, nos vemos esta noche. ¿Quieres?

—No es necesario, señora Ana.