Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1703

¡Este objeto malvado era tan funesto!

—Si sabías todos sobre este objeto malvado, ¿por qué accediste a divorciarte de mí? Solo ahora he recuperado la claridad y me doy cuenta de que no quiero tener hijos, lo que quiero es estar siempre contigo. Vamos a reinstaurar nuestro matrimonio, no deseo el divorcio...

Silvio, angustiado, abrazó a Gisela, intentando llevarla de regreso a la oficina del registro civil.

Pero Gisela se quedó en su lugar, sin moverse.

No importaba cuánto Silvio intentara llevarla de vuelta al registro civil, ella no se movía.

Poco a poco, Silvio se calmó y la miró confundido: —¿Tú... no estarás realmente pensando en divorciarte de mí, verdad? ¿Aprovechaste que estaba bajo la influencia del objeto malvado para decidir divorciarte de mí?

—Deberíamos pensar con calma sobre este matrimonio. Siempre te has quejado de que me preocupo demasiado por la salud, que te he controlado demasiado. Ayer, quizá bajo la influencia del objeto malvado, dijiste que ya huelo a anciana, que realmente has empezado a despreciarme. Además, si lo piensas bien, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que tuvimos una relación sexual? —Dijo Gisela con mucha calma.

Piénsalo bien, ¿cuánto de este matrimonio aparentemente amoroso era solo autoengaño?

Los dos estaban lejos de ser tan amorosos.

—No, no es como dices. Hemos estado muy ocupados este último año, y además, mi salud no ha sido la mejor, al igual que la tuya. Si ambos estamos mal de salud, ¿cómo podríamos pensar en ese tipo de cosas? Y después de tantos años de matrimonio, ¿cómo no vamos a tener desacuerdos? Lo de que olías a anciano fue cuando estaba bajo el control del objeto malvado y no estaba lúcido. Además, ambos estamos cerca de los cuarenta, no es como cuando teníamos veinte, esto no es tan malo como piensas. —Silvio no cree que haya nada malo en eso.

Gisela respiró hondo: —¿Te parece normal no tener una vida sexual activa? Dices que el trabajo es bastante agotador, pero ¿por qué entonces tienes energía para quedarte despierto jugando tus dichosos videojuegos? Silvio, tú puedes beber con amigos toda la noche Ya no nos amamos. Anoche lo pensé muy bien, deberíamos separarnos y después, cuando estemos suficientemente calmados, podríamos pensar si podemos volver a casarnos.

—¿Acaso tienes a otro allí afuera? ¡Mas bien pienso que solo estás usando esta oportunidad para divorciarte de mí! Después de tanto tiempo casados, ¿ahora sacas la excusa tonta de que el divorcio es porque no hemos follado por largo tiempo? —Silvio simplemente no podía creer las quejas de Gisela.

Gisela, resignada y con los ojos algo enrojecidos, miró a Silvio: —¿Crees que realmente no hay problemas entre nosotros?

Ana se encontró con Silvio, el esposo de Gisela, durante su hora de almuerzo.

Silvio parecía estar desgastado y pálido.

—¿Aquel objeto embrujado puede hacerme perder la razón? He estado reflexionando demasiado sobre lo que pasó estos dos días mientras caminaba por la calle, y no me reconozco en mis acciones de esos días. —Silvio se agarró con tristeza el cabello, su mente llena de la imagen de Gisela yéndose en el auto sin mirar atrás.

Ella realmente quería el divorcio, realmente no lo quería.

—Definitivamente esto puede hacerte perder la razón por completo, y si no lo manejamos hoy, te afectará aún más, no solo afectará tu salud física, sino también tu carrera, relaciones familiares, entre otros. —Ana tenía en sus manos una hoja de papel.

En el papel, dibujó un hechizo para envolver aquel objeto.