Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1713

Esa sensación irremplazable.

En el momento en que Tania vio a Alejandro, su corazón comenzó a temblar descontrolado.

Una emoción indescriptible se apoderó enseguida de ella.

Sin tiempo para explicarle nada a su amiga, se dirigió directo hacia Alejandro.

—Jefe Alejandro...

Al oír esto, Alejandro se giró para mirar a Tania.

Con una pizca de sorpresa.

La verdad no esperaba encontrarse con una empleada durante su tiempo de descanso.

—Está bien. —Saludó.

Justo cuando estaba a punto de regresar para seguir acompañando a Ana y su hija, Tania enseguida añadió: —Jefe Alejandro, tengo algo que decirle, ¿podría darme unos minutos? Será rápido, solo son unas palabras.

Alejandro se impacientó.

Tania se apresuró a decir: —Recién estaba charlando con una amiga y vimos a la señora Ana. Nosotras... hablábamos un poco descontroladas y dije que quería seducir al jefe Alejandro, por supuesto... eso solo una broma entre mujeres. Hablábamos en voz alta y es posible que la señora Ana nos haya escuchado. Temo que esto pueda causar malentendidos, así que quería disculparme con usted, jefe Alejandro, y también con la señora Ana. Seré más cuidadosa con lo que digo en el futuro.

Ella aprendió su lección y definitivamente no hablará a la ligera de nuevo.

De lo contrario, se estaría causando grandes problemas.

Alejandro se molestó y entonces la miró: —No deberías albergar pensamientos inapropiados, de lo contrario no necesitas quedarte en la ciudad A.

Tania quedó impactada.

Tania palideció y tardó en responder: —No me creyó... Lo que más le importa son los pensamientos de la señora Ana, teme que mis palabras la hagan pensar demasiado y dijo que si vuelvo a tener ideas descabelladas, no debería seguir en la ciudad.

—¿Qué?! ¿El jefe Alejandro en serio dijo eso? ¿Cómo pudo ser tan despiadado? ¡Eres una belleza, hablando con lágrimas en los ojos y él ni siquiera tiene compasión por ti! —Su amiga estaba claramente incrédula.

Tania sonrió con amargura: —Parece que hice algo mal.

Aunque podría haber mejorado mi vida a través de mi capacidad de trabajo, parecía haber sido demasiado ambiciosa, sabiendo bien que el jefe Alejandro no era fácil de manipular y que, además, amaba con el alma a su esposa. Sin embargo, ella estaba llena de confianza en sí misma, siempre creyendo que sería la excepción.

Ahora, parece que en serio...

La verdad sobrestimó sus capacidades.

—Entonces... ¿qué tal si vamos directamente a disculparnos con la señora Ana? Nos costó tanto quedarnos en la ciudad A después de graduarnos de la universidad y hemos luchado tanto hasta ahora, sería una verdadera pérdida quedarnos sin trabajo en estos momentos. —Su amiga estaba aterrada.

Tania observó a la feliz familia de tres, sintiendo una intensa envidia en lo profundo de su corazón, y sus ojos se tornaron cada vez más rojos.