Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1789

Y esa pobre chica, Esperanza, que había sufrido tanto.

Samuel estaba muy preocupado por Elena: —Los médicos los están operando ahora y son muy hábiles aquí, no pasará nada malo, confía en mí. Manuel definitivamente estará bien.

—Sí, mamá, no te aflijas Manuel tiene buena suerte, no está destinado a morir joven, esta vez todo saldrá bien. —Aunque Ana también estaba preocupada, en lo más profundo de su corazón una voz le decía que Manuel estaría bien, que no correría peligro alguno de muerte.

Elena sabía de antemano que ambos intentaban consolarla.

Pero en ese angustioso momento, lo que ella rezaba era lo mismo que ellos decían.

Por suerte.

Después de aproximadamente media hora, Esperanza fue la primera en salir.

El médico dijo que las heridas de Esperanza no eran graves, tenía ciertas fracturas en un brazo y una pierna, además de heridas menores y signos de conmoción cerebral, pero se recuperaría en su totalidad después de un tiempo de reposo.

Media hora después, Manuel también fue sacado del quirófano.

Sus heridas eran aún más graves, con varias fracturas y heridas en la cara, pero por fortuna no afectaron a los órganos internos.

Las heridas en la cara estaban en el lado izquierdo.

Al saber que Manuel no corría peligro alguno de muerte, todos se sintieron aliviados.

Permanecieron atentos en el hospital, esperando a que despertaran.

Un par de horas después, Alejandro y Francisco regresaron.

Francisco, con una expresión bastante grave, miró a Manuel en la cama y de repente sintió que deberían haber impedido por todos los medios que Manuel y Esperanza estuvieran juntos, ya que Esperanza era una persona que atraía demasiados problemas y desgracias.

—¿Qué pasa? ¿La policía ha encontrado algo? —Preguntó con insistencia Elena.

—Están investigando, el conductor estaba borracho, fue un caso de conducción bajo los efectos del alcohol. —Dijo con firmeza Francisco.

Al escuchar que el conductor estaba borracho y aun así se puso al volante, Elena se enfureció: —¿Por qué la gente todavía conducía después de beber hoy en día? ¿Acaso creen que por una pequeña posibilidad de suerte, los demás deben pagar el precio?

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