Mi Matrimonio Inmediato con un Magnate romance Capítulo 1856

Otro sirviente escuchó por un buen rato.

Luego, aún con una expresión de confusión en su rostro.

—No, ¿qué? Solo escuché al señor Bernardo hablando solo.

—¿Entonces me equivoqué? Dime, ¿el señor Bernardo ha vivido en este lugar solo todo este tiempo, sin nadie con quien hablar, y por eso su mente ha comenzado a fallar? Cuanto más lo pienso, más creo que podría ser posible.

—Eso era muy probable.

—Espera, vamos a acercarnos y ver. La señora Mercedes nos pidió que vigiláramos, para ver si hay alguna persona que no sea conocido, alguien que podría estar ayudando de manera secreta al señor Bernardo.

Mientras hablaban, entraron al patio y luego se acercaron con mucha precaución a la ventana.

Después, con un toque de delicadeza, perforaron el papel que cubría la ventana.

Lo que vieron a continuación fue increíble.

Bernardo, en efecto, estaba hablando solo mientras comía.

Sus ojos, de vez en cuando, miraban con profundo afecto hacia un espacio vacío frente a él.

Como si en realidad hubiera alguien en ese lugar.

Los dos sirvientes se asustaron de inmediato y palidecieron.

Se apresuraron a irse.

Un rato más tarde, llegaron donde estaba Mercedes.

Le contaron lo que acababan de ver.

La espeluznante escena fue descrita con claridad por ambos, turno por turno.

Sin embargo, en el pasado los señores Jaime, Benito y Mercedes habían dicho que escuchaban a los fantasmas hablar. Estos días, la gente en el patio estaba hablando de que podrían haber sido simples alucinaciones del señor Benito y de los demás.

No se ha escuchado que alguien haya visto fantasmas durante el día, mucho menos que alguien hubiera escuchado hablar de uno.

Mercedes asombrada, sintiendo que algo no cuadraba del todo y además había algo extraño en todo esto.

Pero no podía precisar con exactitud cuál era el problema.

A su lado, Mariana también percibió dónde estaba el problema, y sus ojos brillaron por un momento.

Esperando a que los dos sirvientes se retiraran, ella de inmediato le dijo a Mercedes: —Señora Mercedes, el señor Bernardo no parece ser una persona de voluntad débil, no será que de un momento a otro perdió la razón. Más bien podría estar actuando de manera deliberada, tratando de parecer anormal para que la señora Mercedes bajara su guardia y lo dejara en paz. Señora Mercedes, cuanto más astuto y calculador sea en sus planes, más precavidos debemos ser, porque si encuentra la oportunidad, podría terminar causando sufrimiento tanto a la señora Mercedes como al señor Jaime.

Mariana siempre había sido meticulosa en su pensamiento.

Durante tantos años, ella había dedicado su vida a cuidar de Mercedes y Jaime.